Transformaciones urbanas en el Documental Estanbul ECHOES (2016)

Recibido: 7/11/2017

Aprobado: 5/12/2017

TRANSFORMACIONES URBANAS EN EL DOCUMENTAL ESTANBUL ECHOES (2016)

IVÁN CONTRERAS¹

RESUMEN

El cine documental se hace eco de la ciudad, mostrando su evolución. Es lo que lo diferencia del cine de ficción, en el que el artista puede recrear un ambiente. Se acercará al documental Istanbul Echoes (2016) de Giulia Frati, que muestra las transformaciones urbanas de un barrio después de haber sido objeto de un proceso de modernización, en virtud del cual los planificadores urbanos desalojaron a los vendedores informales . Se reflexiona sobre la reconversión del espacio y la perdida de identidad.

Palabras clave: cine documental, reconversión del espacio, urbanismo.

URBAN TRANSFORMATIONS IN THE ISTANBUL ECHOES DOCUMENTARY (2016)

ABSTRACT

Documentary cinema appropriates the city, showing its evolution. Instead, fiction films build their scenarios and recreate urban environments. We approach the documentary Istanbul Echoes (2016) by Giulia Frati, which shows the urban transformations of a neighborhood after having undergone a process of modernization, under which urban planners evicted the informal vendors. We reflect on the reconversion of space and the loss of identity.

Keywords: documentary cinema, reconversion of space, urbanism.

Istanbul Echoes

Sentarse frente a la pantalla durante un par de horas para mirar la historia de otros, encontrar que existen situaciones similares a la nuestra y que se viven todos los días alrededor del mundo, mirar(se) en los ojos del otro, al otro lado del mundo, y “darnos cuenta” que eso también está o puede estar sucediendo en nuestra colonia, nuestra ciudad o en nuestro país. Ese viaje, ese recorrido, esa mirada al interior de los barrios, a las vidas de quienes habitan recorren las calles vendiendo y comprando mercancía que se produce y consume ahí mismo o bien, que se trae de otros lados. Esto se logra a través de la mirada voyeur del cineasta y uno es cómplice y partícipe de sus ojos. Eso es algo que el cine documental logra.

A diferencia del cine de ficción, donde la realidad espacial puede ser construida y diseñada al gusto del realizador o bien es creada para transportarnos en el tiempo e instalarnos en una época determinada. No con esto, quiero decir que la ciudad y sus calles no son un elemento dramático para contar una historia, al contrario, hay muchas cintas que lo ejemplifican: Midnight in Paris (Woody Allen, 2011), The Belly of an Architect (Peter Greenaway, 1987) o Heat (Michael Mann, 1995), entre, seguramente, un centenar de ejemplos más.

Figura 1. Vista de Roma en The Belly of an Architect

Fuente: Fotograma de la película

Figura 2. Cartel de Heat con el skyline de una ciudad

Fuente: Cartel de la película.

Sin embargo, el cine documental, ese cine primigenio que desde hace más de cien años nos obliga a buscar en lo social, aquello que nos haga mirar lo cotidiano como un suceso extraordinario, indaga en la realidad para contarnos historias que sirvan no sólo como reflexión, sino como un acervo histórico de un hecho o comunidad en específico. ¿Cómo explicar la Alemania Nazi sin las asombrosas y pavorosas imágenes de Leni Riefenstahl en Triumph des Willens (1935)? ¿Cómo saber cómo eran las calles de París o sus parques, si los hermanos Lumière no hubieran sacado su invento para recoger esas imágenes? Sin duda, hay otra forma de enterarnos de otros tiempos, como fotografías, pinturas, esculturas y la literatura, pero en todas ellas es la imaginación la que nos hace recrear sonido y movimientos, en este caso es el cine, que al recorrer la cinta frente al foco que proyecta las imágenes, nos hace ver la vida en movimiento. El cine es memoria y el cine documental recoge y guarda los hechos que ya no se repetirán.

Figura 3. La muchedumbre como arquitectura en Triumph des Willens

Fuente: Fotograma de la película

Figura 4. Vista de París en una cinta producida por los hermanos Lumière

Fuente: Fotograma de la película

Estas ideas llegaron a mi cabeza al mirar la cinta Istanbul Echoes (2016) de la realizadora Giulia Frati, nacida en Italia y que actualmente reside en Canadá. Giulia, nos cuenta la historia de vendedores callejeros que en un periodo de cinco años se ven obligados a retirarse de sus calles ante la “renovación y embellecimiento” del barrio y sus vías. Esto implica que el panadero dejará de gritar sus precios para vender su pan recién horneado, que el vendedor de mejillones dejará de empujar su carrito y tocar puerta por puerta y que las señoras dejarán de colocar la ropa en montones sobre el piso para mostrarla a los clientes del barrio. Estos y otros vendedores callejeros serán trasladados a un nuevo distrito con mayor valor. Mientras, el documental nos lleva de la mano en el día a día de los vendedores, nos hace pensar también en los procesos de cambio y en la renovación de los espacios, barrios y calles que ahora son viejos y entrarán en procesos de demolición y “embellecimiento” para mejorar la calidad de vida de quien los habita. Sin embargo, la cinta también nos hace mirar, que el espacio por sí mismo ya tiene vida y quien lo habite.

Modificar un barrio es modificar su cultura y sus procesos sociales. La vida de una ciudad está en sus calles. De manera pausada, recorriendo calles y escuchando a los vendedores, se enterarán que quien vende mejillones, ahora tiene que recorrer mayores distancias y por lo mismo, consume mayor número de horas de su día para finiquitar por completo la producción de su producto. Esto quiere decir que, lo que antes vendía en cuatro horas, ahora lo hace en ocho (la idea del tiempo invertido, es una nota mía, no de la cinta, que puede ser entendida a manera de ejemplo).

Figura 5. Cartel francés de Istanbul Echoes

Fuente: Cartel de la película.

Figura 6. La ciudad en Istanbul Echoes

Fuente: Fotograma de la película.

Entonces ¿Para qué modificarlo? ¿Para quién sirve todo esto? Si la idea de la mejora a un lugar es para engrandecer o “ennoblecer” y con ello llegará la mejoría social y cultural del barrio, por qué entonces los habitantes de ese mismo espacio, terminan por salirse al verse imposibilitados de costear la vivienda o los nuevos servicios. Existe pues, un desplazamiento, que no responde a las necesidades de los habitantes del barrio, al panadero, al vendedor de mejillones o quien vende ropa. Esto, desde luego, ocasiona que se generen grupos de resistencia ante las nuevas formas de “hacer ciudad”.

En la cinta, los espacios culturales y recreativos, funcionan como medio para crear conciencia entre los habitantes del barrio. El arte urbano y la música “hip hop”, son los métodos que grupos de jóvenes utilizan para charlar y hacer evidente el silencioso pero firme avance del “ennoblecimiento” urbano y con ello, la muy probable pérdida de identidad comunitaria.

Figura 7. Istanbul Echoes los habitantes en ciudad

Fuente: Fotograma de la película

Figura 8. Las personas, protagonistas de Istanbul Echoes

Fuente: Fotograma de la película

Istanbul Echoes es una cinta que nos invita a reflexionar sobre las posibilidades y los logros de lo nuevo contra la pérdida de lo viejo.

El cine y la ciudad siempre han ido de la mano y uno participa del otro, ya sea en la ficción como en la no ficción. Reales o inventadas, el cine ha creado ciudades infinitas que perdurarán después de que el tiempo nos alcance. Porque el cine es reflejo de lo que fue y lo que hoy es.

Para citar este artículo:

Contreras, I. (2018). Transformaciones urbanas en el documental Istanbul Echoes (2016). Collectivus, Revista de Ciencias Sociales, 5(1), pp-pp. 63-69 Doi: http://dx.doi.org/10.15648/Coll.1.2018.5