RELACIÓN DE DEPRESIÓN, TEJIDO MUSCULAR Y ADIPOSO EN UNIVERSITARIOS SEDENTARIOS Y DEPORTISTAS

RELACI�N DE DEPRESI�N, TEJIDO MUSCULAR Y ADIPOSO EN UNIVERSITARIOS SEDENTARIOS Y DEPORTISTAS

RELATIONSHIP OF DEPRESSION, MUSCLE AND ADIPOSE TISSUE IN SEDENTARY UNIVERSITY STUDENTS AND ATHLETES

DOI 10.15648/redfids.13.2024.4060

Georgina Isabel Garc�a-L�pez

Doctora en Investigaci�n Psicol�gica, Profesor de Tiempo Completo del Centro Universitario UAEM Atlacomulco de la Universidad Aut�noma del Estado de M�xico, gigarcial@uaemex.mx

Arturo Enrique Orozco Vargas

Doctor Educational Research, Profesor de Tiempo Completo del Centro Universitario UAEM Atlacomulco de la Universidad Aut�noma del Estado de M�xico, aeorozcov@uaemex.mx

Ulises Aguilera Reyes

Doctor en Ciencias, Profesor de Tiempo Completo Facultad de Ciencias de la Universidad Aut�noma del Estado de M�xico, uar@uaemex.mx

Resumen

En el presente art�culo se determino la asociaci�n entre con el porcentaje de grasa corporal y muscular en funci�n de la conducta depresiva y actividad f�sica en j�venes universitarios. La muestra fue de 146 hombres y 160 mujeres del Centro Universitario UAEM Atlacomulco, Estado de M�xico, M�xico, a los que se les registr� la actividad f�sica, peso (kg), porcentaje de grasa corporal y muscular y se les aplic� el Inventario de Depresi�n de Beck, para analizar el efecto de la depresi�n y actividad f�sica sobre los tejidos, se realiz� un an�lisis de ANOVA. Encontrando que existieron diferencias significativas entre la grasa total y la masa muscular entre los diferentes niveles de depresi�n, presentando mayor grasa abdominal y menor masa muscular los j�venes con depresi�n, los j�venes que practican deporte presentan mayor masa muscular y menor depresi�n. Los datos apoyan la tendencia de que existe una disminuci�n de masa muscular asociada con la depresi�n en j�venes universitarios y el deporte es sustento de desarrollo de masa muscular y protector de salud mental, la falta de masa muscular y pr�ctica deportiva en esta muestra aumenta la posibilidad de sobrepeso, fatiga y otros trastornos psicol�gicos.

Palabras clave: depresi�n, adolescentes, musculo, grasa, alimentaci�n

Summary

In this article, the association between the percentage of body and muscle fat was determined as a function of depressive behavior and physical activity in young university students. The sample consisted of 146 men and 160 women from the UAEM Atlacomulco University Center, State of Mexico, Mexico, to whom physical activity, weight (kg), percentage of body and muscle fat were recorded, and the Depression Inventory was applied. Beck, to analyze the effect of depression and physical activity on tissues, an ANOVA analysis was performed. Finding that there were significant differences between total fat and muscle mass between the different levels of depression, presenting greater abdominal fat and less muscle mass in young people with depression, young people who practice sports have greater muscle mass and less depression. The data support the trend that there is a decrease in muscle mass associated with depression in university students and that sport supports the development of muscle mass and protects mental health. The lack of muscle mass and sports practice in this sample increases the possibility overweight, fatigue and other psychological disorders.

Keywords: depression, adolescents, muscle, fat, diet

Introducci�n

La depresi�n es un problema severo que afecta a m�s de 280 millones de personas en el mundo y es la principal causante de a�os de vida perdidos por discapacidad (APD= 7.5% en el a�o 2015), as� como la principal afecci�n que contribuye a las muertes por suicidio en el mundo (OMS,2023). Los estudios han demostrado diversos efectos sobre la anatom�a y fisiolog�a, debido a este estado de �nimo, por ejemplo, la sarcopenia (disminuci�n de la masa muscular esquel�tica o la fuerza muscular), esto se ha observado especialmente en adultos mayores con depresi�n conduciendo a anomal�as metab�licas y vasculares (Rolland et al, 2008). Los estudios generalmente han incluido a participantes de mayor edad y son contradictorios, pues algunos han reportado una relaci�n entre la disminuci�n de masa muscular esquel�tica y los s�ntomas depresivos, mientras otros encontraron una asociaci�n inversa (Gariballa y Alessa, 2017), y terceros estudios no lograron encontrar una asociaci�n significativa (Ishii et al., 2016; Pasco et al, 2015).

En los trabajos que se ha descrito la disminuci�n de la masa muscular esquel�tica y los s�ntomas depresivos, son m�s frecuentes los realizados en mujeres perimenop�usicas y posmenop�usicas, ya que tienen mayor riesgo de desarrollar s�ntomas depresivos y/o depresi�n por los cambios hormonales que subyacen a este proceso de envejecimiento (Humeniuk et al., 2011). Pocos estudios han examinado esta asociaci�n en poblaciones de mediana edad (Byeon et al., 2016; Wilkinson et al, 2018), entre los cambios que han encontrado en esta poblaci�n se encuentran los de composici�n corporal, tejido adiposo intraabdominal, aumento en el tejido adiposo peric�rdico y masa �sea disminuida, no existiendo estos estudios para poblaci�n joven (Stapel et al, 2022).

Los cambios en la composici�n corporal son factores de riesgo para el desarrollo de trastornos f�sicos frecuentes como diabetes mellitus tipo 2 (aumento del tejido adiposo intraabdominal) (Bjorntorp y Rosmond, 1999), fracturas osteopor�ticas (densidad mineral �sea reducida) (Whooley et al. , 1999) y s�ntomas cardiovasculares (aumento de la grasa peric�rdica) (Liu et al., 2010),� todas las enfermedades mencionadas tiene mayor prevalentes en pacientes con depresi�n mayor (Baumeister, S. et al, 2017; R�sel, et al, 2022).

Es importante observar los cambios que suceden en la juventud en cuanto a masa muscular, porque en esta edad se alcanza un m�xima de desarrollo y la fuerza, seguidos de una p�rdida estimada de 1 a 2% de masa muscular despu�s de los 35 a�os (Hughes et al., 2001). Un deterioro progresivo de la masa, la fuerza y ​​la funci�n muscular favorece el desarrollo de la sarcopenia, por lo que es importante que, en su desarrollo m�ximo durante la juventud, esta siga un progreso normal (Rosenberg, 2011).

El trastorno depresivo puede ser un detonante en enfermedades metab�licas debido a las alteraciones del estilo de vida y cambios de peso (masa muscular y grasa), observadas en este trastorno, por ejemplo, disminuci�n de la actividad f�sica, disminuci�n del estado f�sico, aumento del comportamiento sedentario (Stubbs et al., 2015; Schuch et al., 2016,2017;� Kerling et al., 2017), adem�s de alteraciones en procesos inflamatorios (aumento de citocinas proinflamatorias) (Dowlati et al., 2010) y endocrinos (hipercortisolismo) (Carroll et al., 1976).

En el trastorno depresivo mayor tambi�n se observa un aumento de la inflamaci�n y de estr�s oxidativo contribuyentes de neuroprogresi�n. El proceso de neuroprogresi�n incluye neurodegeneraci�n, muerte celular, neurog�nesis reducida, plasticidad neuronal reducida y respuestas autoinmunes aumentadas (Fang, et al, 2014). El estr�s oxidativo es una consecuencia del desequilibrio biol�gico entre las especies reactivas de ox�geno (ROS) y los antioxidantes, lo que conduce a la alteraci�n de biomol�culas y la p�rdida de control de las v�as de se�alizaci�n intracelulares relacionadas con redox. Las ROS sirven como mensajeros secundarios cruciales en la transducci�n de se�ales y afectan significativamente las v�as inflamatorias al activar el factor nuclear- κ.B y quinasas de estr�s de la familia de prote�nas quinasas activadas por mit�genos (Bakunina et al, 2015).

De forma congruente con lo anterior se ha observado que en aquellos j�venes con estr�s tienen elevaciones m�s r�pidas y m�s altas de citoquinas inflamatorias como TNF-α e interleuquina 1β (64,67); acompa�ado de aumento de cortisol como hormona que inicia la respuesta al estr�s. En condiciones inflamatorias generan una desregulaci�n en la neurotransmisi�n glutamat�rgica con efectos excitot�xicos sobre las neuronas (Gabbay et al, 2010).

En un estudio realizado con adolescente de diferentes pa�ses europeos se encontr� una correlaci�n estad�sticamente significativa entre la frecuencia de ejercicio f�sico moderada de unos 60 minutos por sesi�n, con s�ntomas ansiosos y depresivos de forma negativa y con el bienestar de forma positiva (McMahon, et al., 2017). Con relaci�n a las Universidades existe una gran variedad de problemas f�sicos asociados con el sobrepeso y obesidad debido al sedentarismo, por las grandes jornadas acad�micas a la que los estudiantes se exponen y el estr�s, que deriva en el desarrollo de conductas sedentarias. A pesar de que el 41% de los estudiantes universitarios manifiestan niveles altos de actividad f�sica, el 60% tiene sobrepeso (Torrenegra, 2022).

Los alumnos de universidad, considerados como poblaci�n joven (la Organizaci�n Mundial de la Salud ha definido como per�odo de juventud, el comprendido entre los 15 a 24 a�os), est�n expuestos a una gran cantidad de estr�s que muchas veces se traducen en depresi�n, por lo que se evalu� sistem�ticamente la masa muscular, la grasa intraabdominal en pacientes j�venes con o sin depresi�n encontr�ndose que la masa muscular se redujo en los hombres deprimidos en comparaci�n con los hombres sanos, particularmente en aquellos con depresi�n cr�nica, tambi�n se observ� que el volumen de la gl�ndula suprarrenal y la grasa intraabdominal aumentaron en hombres y mujeres deprimidos (Kahl et al, 2017). Nuestra hip�tesis principal fue que existe una menor masa muscular y mayor grasa abdominal en j�venes deprimidos en comparaci�n con controles sanos, y que la masa muscular se ve favorecida por la actividad f�sica, una baja masa muscular favorecer� que los s�ntomas depresivos se sigan presentando.

M�todo

Muestra

La muestra fue de 146 hombres y 160 mujeres del Centro Universitario UAEM Atlacomulco de la Universidad Aut�noma del Estado de M�xico, con una edad entre los 18 a 21 a�os.

Los participantes son residentes del municipio mixto (rural,urbano y semirural) de Atlacomulco, Estado de M�xico con base a lo propuesto por el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo M�xico e INEGI, Censo de Poblaci�n y Vivienda 2020), con un grado de marginaci�n medio consultado en CONAPO 2020 (Comisi�n Nacional de Poblaci�n) de estrato socioecon�mico medio bajo (Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, INEGI, 2018) como principal caracter�stica este segmento es el m�s grande y representativo de la sociedad mexicana que tiene cubierta la m�nima infraestructura sanitaria y condiciones b�sicas de salud.

Consideraciones �ticas

Los alumnos participantes, firmaron un formulario de consentimiento informado despu�s de haberles dado a conocer los objetivos, los beneficios y los requerimientos. El estudio sigui� los principios �ticos para las investigaciones m�dicas en seres humanos.

Evaluaci�n antropom�trica

La evaluaci�n antropom�trica se hizo de acuerdo a los criterios establecidos por la OMS. Las medidas registradas fueron: peso (kg) mediante una b�scula de composici�n corriente de baja intensidad (500 μA-1mA) corporal FITSCAN BC-401F con una precisi�n de medici�n de 0,1%. El porcentaje de grasa corporal y muscular se midi� con la misma bascula, mientras que la talla se obtuvo con un estad�metro port�til marca Bame con una precisi�n de 1.0 mm.

Ejercicio f�sico, consumo de calor�as y prote�nas

Se les pregunto si realizaban actividad f�sica a lo largo de la semana (una vez a la semana, dos, tres, etc.) y el tiempo en que realizaban el ejercicio, en este mismo instrumento se valor� la ingesta energ�tica a nivel individual por medio de la encuesta diet�tica denominado �Informe Recordatorio de 24 horas� tres veces por semana, que se basa en el auto registro de todos los alimentos y bebidas ingeridos en las 24 horas precedentes, para la trasformaci�n de los datos obtenidos en la encuesta se utilizar� el Sistema Mexicano de Alimentos Equivalentes (2018) y los resultados se compararan con la tabla de Ingesti�n Diaria Recomendada por el Instituto Nacional de Ciencias M�dicas y Nutrici�n Salvador Zubir�n (INNSZ) (Morales, 2016).

Los alumnos informaron si no est�n bajo ning�n r�gimen dietario dise�ado para perder o ganar peso al momento del estudio

Medici�n de la depresi�n

Se aplic� el Inventario de Depresi�n de Beck (BDI) (Beck, Brown, Epstein y Steer, 1988) de 21 �tems. El Inventario de Depresi�n de Beck, IA (BDI-IA), estandarizado por Jurado et al., (1998) en poblaci�n mexicana (α = .87), es un autoinforme de 21 �tems, referidos a s�ntomas depresivos en la semana previa a la aplicaci�n, con cuatro opciones de respuesta. Los puntajes de severidad de s�ntomas van de 0 a 63, donde 63 representa la severidad m�xima. El punto de corte establecido por Jurado et al., (1998) para poblaci�n mexicana fue de 10 puntos (Beltr�n et al, 2012).

An�lisis estad�stico

Se analizaron las medidas de tendencia central de los datos obtenidos y para comparar las diferencias entre los grupos (sin depresi�n, depresi�n leve, depresi�n moderada y depresi�n grave), en funci�n de la actividad f�sica, los tejidos musculares, graso, peso y consumo de calor�as, as� como el consumo de prote�nas, se realiz� un an�lisis de ANOVA con una p≤ 0.05, mediante el programa SPSS versi�n 24.

Resultados

Los alumnos tuvieron una edad promedio de 19.9 a�os. Dentro de los 306 alumnos encuestados encontramos que el 68.63% no presentaba s�ntomas depresivos, 13.73% ten�a depresi�n leve, 11.11% depresi�n moderada y 6.54% depresi�n grave; por sexo, los hombre no presentaron depresi�n en un 84.93%, depresi�n leve 5.47%, depresi�n moderada 5.47% y depresi�n grave en 4.10% mientras que las mujeres no presentaron depresi�n en un 53.75%, depresi�n leve 21.25%, depresi�n moderada en un 16.25% y depresi�n grave en un 8.75% (Tabla 1).

Tabla 1. Porcentajes de los niveles de depresi�n (sin depresi�n, depresi�n leve, depresi�n moderada, y depresi�n grave) entre hombres y mujeres en el Centro Universitario UAEM Atlacomulco

Encontramos que existieron diferencias significativas entre la grasa total y la masa muscular entre los diferentes tipos de depresi�n, presentando mayor grasa abdominal los adolescentes con depresi�n, as� como menor masa muscular (Tabla 2 y Tabla 3).

Tabla 2. An�lisis ANOVA entre los diferentes niveles de depresi�n (sin depresi�n, depresi�n leve, depresi�n moderada, y depresi�n grave) y la grasa abdominal, grasa total, IMC, masa muscular, peso, consumo de calor�as y consumo de prote�nas en el Centro Universitario UAEM Atlacomulco

Tabla 3. Medias y desviaciones est�ndar entre los diferentes niveles de depresi�n (sin depresi�n, depresi�n leve, depresi�n moderada, y depresi�n grave) y la grasa abdominal, grasa total, IMC, masa muscular, peso, consumo de calor�as y consumo de prote�nas

Existe menos peso y mayor grasa corporal en los alumnos que presentaron depresi�n (Gr�fica 1).� Adem�s de que los j�venes con depresi�n en este estudio, consumen m�s calor�as y menos prote�nas (Gr�fica 2).

Gr�fica 1. Medias y desviaciones est�ndar entre los diferentes niveles de depresi�n (sin depresi�n, depresi�n leve, depresi�n moderada, y depresi�n grave) y la grasa abdominal, grasa total, IMC, masa muscular y peso

Grafica 2. Consumo de calor�as en los diferentes niveles de depresi�n (sin depresi�n, depresi�n leve, depresi�n moderada, y depresi�n grave) en j�venes del Centro Universitario UAEM Atlacomulco

Se considero como mediana pr�ctica f�sica a los alumnos que por lo menos practicaban, tres veces a la semana actividad f�sica, y alta m�s de tres veces con m�s de una hora, encontrando que existen diferencias significativas en el porcentaje de grasa abdominal, grasa total, �ndice de masa corporal (IMC), porcentaje de masa muscular, peso, consumo de calor�as y depresi�n en funci�n de su actividad f�sica Tabla 4).

Tabla 4. An�lisis ANOVA, medias y desviaciones est�ndar en funci�n de la actividad f�sica en el porcentaje de grasa abdominal, grasa total, �ndice de masa corporal (IMC), porcentaje de masa muscular, peso, consumo de calor�as y depresi�n

Discusi�n

Los datos que obtuvimos apoyan la tendencia de que existe una disminuci�n de masa muscular asociada con la depresi�n en j�venes universitarios. Los estudios han reportado disminuci�n de masa corporal en ni�os, un estudio coreano describi� que independientemente del peso, se ha observado menor masa muscular en ni�os con depresi�n, con mayor prevalencia en ni�as con (14,1 %, p = 0,017). Adem�s, las ni�as tienen una probabilidad estad�sticamente significativa m�s alta de s�ntomas depresivos en comparaci�n con las ni�as con masa muscular normal (Byeon et al, 2016). En los datos que obtuvimos las mujeres presentan mayor depresi�n que lo hombres y menor masa muscular.

Las personas con depresi�n presentan una neuroprogresi�n, encontr�ndose que en la sangre de pacientes deprimidos un aumento de los marcadores de estr�s oxidativo junto con una firma neuroinflamatoria. Se han identificado signos moleculares de inflamaci�n, apoptosis y estr�s oxidativo en estudios post-mortem que analizan los perfiles de expresi�n g�nica en la corteza prefrontal de pacientes con transtorno de depresi�n mayor, y la asociaci�n entre depresi�n, este estr�s oxidativo y estado antioxidante ha sido reportada y confirmada en un metan�lisis recientemente, lo que provoca cansancio y deterioro muscular (Bakunina et al, 2015).

La influencia de musculo con los estados es depresivos tiene varias explicaciones, dentro las que encontramos la influencia del factor neurotr�fico derivado del cerebro (BDNF), que impulsa la neurog�nesis del hipocampo y se produce en el m�sculo esquel�tico. La disminuci�n del m�sculo esquel�tico puede causar una disminuci�n en la secreci�n de BDNF, as� como una reducci�n del volumen del hipocampo y, por lo tanto, se ha implicado en la aparici�n de enfermedades psiqui�tricas. Adem�s, la inflamaci�n y el estr�s oxidativo son fisiopatolog�as comunes de la reducci�n de la masa muscular y la depresi�n. La actividad del m�sculo esquel�tico estimula el sistema inmunol�gico y sus efectos redox reducen el catabolismo muscular y mantienen el estado de �nimo (Falabr�gue et al, 2021)�

La asociaci�n con la masa muscular es importante porque se pueden tomar otros par�metros como la fuerza muscular como indicador de alguna enfermedad mental. Una revisi�n narrativa reciente de nueve estudios longitudinales inform� que los niveles m�s altos de fuerza muscular se asociaron con un menor riesgo de desarrollar s�ntomas depresivos (Volaklis et al, 2019).

Las hormonas del estr�s, como el cortisol, o los mediadores de la inflamaci�n, como el interfer�n-γ, pueden activar la v�a de la quinurenina mediante la inducci�n de la expresi�n de enzimas responsables de su s�ntesis, lo que conduce a un aumento de los niveles circulantes de quinurenina disponible en el cerebro. Sin embargo, su conversi�n a �cido quinur�nico por las aminotransferasas de la quinurenina (KAT) en la periferia, limita los niveles de quinurenina y por lo tanto su disponibilidad cerebral, ya que el �cido quinur�nico es incapaz de cruzar la barrera hematoencef�lica, causando un estr�s cognitivo en pacientes y que durante la preparatoria y la universidad podr�a tener un papel muy importante en el aprendizaje (Druzhkova et al, 2018).

Por lo que los adolescentes que han presentado indicios de depresi�n, se les debe recomendar intervenciones para preservar y reconstruir la masa muscular en la depresi�n, como las intervenciones de ejercicios estructurados, as� como una dieta m�s adecuada. Si los adolescentes mejoran su alimentaci�n tendr�n una mejor autoestima corporal e imagen social lo que tambi�n mejorar�a sus estados de �nimo (Trujano et al, 2014).

Referencias

Bakunina N., Pariante, C.M. &�� Zunszain, P.A. (2015). Immune mechanisms linked to depression via oxidative stress and neuroprogression. Immunology, 144(3),365-373. https://doi: 10.1111/imm.12443.

Baumeister, S., Leitzmann, M., Bahls, M., D�rr, M., Schmid, D., Schomerus, G. & Grabe, H. (2017). Associations of leisure-time and occupational physical activity and cardiorespiratory fitness with incident and recurrent major depressive disorder, depressive symptoms, and incident anxiety in a general population. The Journal of Clinical Psychiatry, 78(1), e41�e47. https://doi: 10.4088/JCP.15m10474

Beltr�n, M. C., Freyre, M.A. & Hern�ndez-Guzm�n, L. (2012). El Inventario de Depresi�n de Beck: Su validez en poblaci�n adolescente. Terapia psicol�gica, 30(1), 5-12. https://doi.org/10.4067/S0718-48082012000100001

Byeon, C.H., Kang, K.Y., Kang, S.H., Kim, H.K. & Bae, E.J. (2016). Sarcopenia is not associated with depression in Korean adults: results from the 2010�2011 Korean National Health and Nutrition Examination Survey. Korean Journal of Family Medicine, 37, 37� 43. https://doi: 10.4082/kjfm.2016.37.1.37

Bjorntorp P. & Rosmond, R. (1999). Hypothalamic origin of the metabolic syndrome X. Annals of the New York Academy of Sciences journal, 892,297�307. https://doi:10.1111/j.1749-6632.1999.tb07803. x.

Carroll, G. C. Curtis & Mendels, J.(1976). Neuroendocrine regulation in depression. I. Limbic system-adrenocortical dysfunction. Archives Of General Psychiatry, 33(9),1039-44. https://doi:10.1001/archpsyc.1976.01770090029002.

CONAPO. (2020). https://www.gob.mx/conapo

Dowlati, Y., Herrmann, N., Swardfager, W., Liu, H.,Sham, L., Reim, E.E. & Lanct�t, K.L.�� (2010). A meta-analysis of cyto-kines in major depression. Biological Psychiatry, 67,r446-457. https://doi: 10.1016/j.biopsych.2009.09.033.

Druzhkova T., Pochigaeva K., Yakovlev A., Kazimirova E., Grishkina M., Chepelev A., Guekht A. & Gulyaeva, N. (2018). Acute stress response to a cognitive task in patients with major depressive disorder: Potential metabolic and proinflammatory biomarkers. Metabolic Brain Disease, 34,621�629. https://doi: 10.1007/s11011-018-0367-3.

Falabr�gue, M., Boschat, A.C., Jouffroy, R., Derquennes, M., Djemai, H., Sanquer, S., Barouki, R., Coumoul, X., Toussaint, J.F., Hermine, O., Noirez, P. & C�t�, F. (2021). Lack of Skeletal Muscle Serotonin Impairs Physical Performance. International journal of tryptophan research, IJTR, 22,14. https://doi:10.1177/11786469211003109

Fang, W., Lee, E.K., Wu, T., Benson, H., Fricchione, G., Wang, W. & Yeungl, A.S. (2014). The effects of tai chi on depression, anxiety, and psychological well-being: a systematic review and meta-analysis. International Journal of Behavioral Medicine, 21(4), 605-17. https://doi:10.1007/s12529-013-9351-9

Gabbay, V., Klein, R.G., Katz, Y., Mendoza, S., Guttman, L.E., Alonso, C.M., Babb, J.S., Hirsch, G.S., & Liebes, L. (2010). The possible role of the kynurenine pathway in adolescent depression with melancholic features. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 51, 935� 43. https://doi: 10.1111/j.1469-7610.2010.02245.x

Gariballa S. &� Awad, A. (2018). Association between muscle function, cognitive state, depression symptoms and quality of life of older people: evidence from clinical practice. Aging clinical and experimental research, 30(4),351-357. https://doi:10.1007/s40520-017-0775-y

Hughes, V.A., Frontera, W.R., Wood, M., Evans, W. J., Dalla, G.E., Roubenoff, R. & Fiatarone Hughes, M.A. (2001). Longitudinal muscle strength changes in older adults: influence of muscle mass, physical activity, and health. Journals of Gerontology, 56 (5), B209-17. https:// doi:10.1093/gerona/56.5.b209

Humeniuk, E., Bojar, I., Owoc, A., Wojtyła, A., & Fronczak, A. (2011). Psychosocial conditioning of depressive disorders in post-menopausal women. Annals of Agricultural and Environmental Medicine, 18,441�445. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22216827/

Ishii, S., Chang, C., Tanaka, T., Kuroda, A., Tsuji, T., Akishita, M. & Iijima, K. (2016). The association between sarcopenic obesity and depressive symptoms in older Japanese adults. PLoS One,11(9). doi:10.1371/journal.pone.0162898

Jurado, S., Villegas, M. E., M�ndez, L., Rodr�guez, F., Loperena, V., & Varela, R. (1998). La estandarizaci�n del Inventario de Depresi�n de Beck para los residentes de la Ciudad de M�xico. Salud Mental, 21 , 26-31.

Kahl, K.G., Utanir, F., Schweiger, U., Kr�ger, T.H., Frieling, H. & Bleich, S. (2017). Reduced muscle mass in middle-aged depressed patients is associated with male gender and chronicity. Progress in Neuro-Psychopharmacology and Biological Psychiatry, 76,58�64. doi: 10.1016/j.pnpbp.2017.01.009

Kerling, M. K�ck, U., Tegtbur, L., Grams, S., Weber-Spickschen, A., Stubbs, H.B. & Kahl, K.G. (2017). Exercise increases serum brain-derived neurotrophic factor in patients with major depressive disorder. Journal of Affective Disorders, 215,152-155. https://doi.org/10.1016/j.jad.2017.03.034.

Neuropsychiatric Disease and Treatment, 7 (Suppl.1),3�7. doi:10.2147/NDT.S19617

Liu, B., Anderson, G., Mittmann, N.,To, T., Axcell, T. & Shear, N.(1998).� Use of selective serotonin-reuptake inhibitors or tricyclic antidepressants and risk of hip fractures in elderly people. Lancet, 351,1303-1307. https://doi:10.1016/s0140-6736(97)09528-7

INEGI. (2018). https://www.inegi.org.mx/programas/enigh/nc/2018/

INEGI. (2020). https://www.inegi.org.mx/programas/ccpv/2020/

McMahon, E. M., Corcoran, P., O�Regan, G., Keeley, H., Cannon, M., Carli, V. & Balazs, J. (2017). Physical activity in European adolescents and associations with anxiety, depression and well-being. European child & adolescent psychiatry. 26(1), 111-122. https://doi: 10.1007/s00787-016-0875-9.

Morales, L. (2016). Tablas de composici�n de alimentos y productos alimenticios. M�xico. Instituto Nacional de Ciencias M�dicas y Nutrici�n Salvador Zubir�n (INNSZ).

OMS (Organizaci�n Mundial De la Salud).2023. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/depression

Pasco, J.A., Williams, L.J., Jacka, F.N., Stupka, N., Brennan-Olsen, S.L., Holloway, K.L. & Berk, M. (2015). Sarcopenia and the Common Mental Disorders: A Potential Regulatory Role of Skeletal Muscle on Brain Function?� Current osteoporosis reports,13(5),351-7. https://doi:10.1007/s11914-015-0279-7

Rolland, Y., Czerwinski, S., Abellan, Van Kan G., Morley, J.E., Cesari, M., Onder, G., Woo, J., Baumgartner, R., Pillard, F., Boirie, Y., Chumlea W.M.C. & Vellas, B. (2008). Sarcopenia: its assessment, etiology, pathogenesis, consequences and future perspectives. The journal of nutrition, health & aging,12, 433-50. https://doi:10.1007/BF02982704

R�sel, I., Bauer, L.L., Seiffer, B., Deinhart, C., Atrott, B., Sudeck, G., Hautzinger, M. & Wolf, S. (2022). The effect of exercise and affect regulation skills on mental health during the COVID-19 pandemic: A cross-sectional survey. Journal of Psychiatric Research, 312,114559. https://doi: 10.1016/j.psychres.2022.114559. Epub 2022 Apr 17. PMID: 35472637; PMCID: PMC9013508.

Rosenberg, I. H. (2011). Sarcopenia: origins and clinical relevance. Clinics in geriatric medicine, 27,3,337-9. https://doi:10.1016/j.cger.2011.03.003

Schuch F.B, Vancampfort D., Firth J., Rosenbaum S., Ward P.� & Reichert T. (2017). Physical activity and sedentary behavior in people with major depressive disorder: a systematic review and meta-analysis. Journal of Affective Disorders, 210,139�150. https://doi:10.1016/j.jad.2016.10.050.

Schuch F. B., Deslandesc A. C., Stubbs B., Gosmannb N. P., Silva C. T. & Fleck M. P. (2016). Neurobiological effects of exercise on major depressive disorder: a systematic review. Neuroscience & Biobehavioral Reviews,61, 1�11. https://doi.org/10.1016/j.neubiorev.2015.11.012

Schuch F. B., Vancampfort, D., Richards J., Rosenbaum S., Ward P. B. & Stubbs B. (2016). Exercise as a treatment for depression: a meta-analysis adjusting for publication bias. Journal of Psychiatric Research, 77,42�51. https://doi.org/10.1016/j.jpsychires.2016.02.023

Sistema Mexicano de Alimentos Equivalentes. (2018). chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://fisiologia.facmed.unam.mx/wp-content/uploads/2019/02/2-Valoraci%C3%B3n-nutricional-Anexos.pdf

Stapel, B., Jelinic, M., Grant, R.D, Hartung, D. & Kahl, K. G. (2022). Adipose Tissue Compartments, Inflammation, and Cardiovascular Risk in the Context of Depression. Frontiers in Psychiatry, 4.Sec. Psychological Therapy and Psychosomatics.

https://doi.org/10.3389/fpsyt.2022.831358

Stubbs B., Vancampfort D., Rosenbaum S., Ward P. B., Richards J., Ussher M., et al. (2015). Challenges establishing the efficacy of exercise as an antidepressant treatment: a systematic review and meta-analysis of control group responses in exercise randomised controlled trials. Sports Med. 46 699�713. https://doi: 10.1007/s40279-015-0441-5.

Torrenegra Ariza, S. E. (2022). Efectos fisicos en estudiantes universitarios durante pandemia COVID-19. Revista Educaci�n F�sica, Deporte y Salud, 4(7), 17-32. https://investigaciones.uniatlantico.edu.co/revistas/index.php/REDFIDS/article/view/3183.

Trujano Ruiz, P., de Gracia Blanco, M., Nava Quiroz, C., & Lim�n Arce, G. R. (2014). Sobrepeso y obesidad en preadolescentes mexicanos : estudio descriptivo, variables correlacionadas y directrices de prevenci�n. Acta Colombiana de Psicolog�a, 17(1), 119�130.https://doi.org/10.14718/ACP.2014.17.1.12

Volaklis, K., Mamadjanov, T., Meisinger, C. & Linseisen, J. (2019). Association between muscular strength and depressive symptoms: a narrative review. Wiener klinische Wochenschrift The Central European Journal of Medicine, 131, 255� 264. https://doi:10.1007/s00508-019-1491-8.

Wilkinson, D.J., Piasecki, M. & Atherton, P.J. (2018). The age-related loss of skeletal muscle mass and function: Measurement and physiology of muscle fibre atrophy and muscle fibre loss in humans. Ageing Research Reviews, 47,123�132. https://doi:10.1016/j.arr.2018.07.005.

Whooley, M.A., Kip, K.E., Cauley, J.A., Ensrud, K.E., Nevitt, M.C. &� Browner, W.S. (1999). Depression, falls and risk of fracture in older women. Archives of internal medicine, 99(159),484-490. https://doi: 10.1001/archinte.159.5.484