Sección: Reseñas
Publicado: 2017-01-01

José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos. Estado, Iglesia y religión en Colombia en el siglo XIX. De la Independencia a la Regeneración. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia (sede Bogotá), 2016.

  • Luis Manuel Pérez Zambrano Estudiante del Doctorat en Patrimoni, Societats i Espais de Frontera Universitat de Lleida (España)
El presente texto nos acerca a uno de los intereses investigativos de Cortés Guerrero: el estudio del hecho religioso en Colombia. Con sus trabajos nos ha permitido conocer una temática que todavía está en mora de ser desarrollada ampliamente.
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Pérez Zambrano, L. M. (2017). José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos. Estado, Iglesia y religión en Colombia en el siglo XIX. De la Independencia a la Regeneración. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia (sede Bogotá), 2016. Historia Caribe, 12(30), 343-350. https://doi.org/10.15648/hc.30.2016.12

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José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos. Estado, Iglesia y religión en Colombia en el siglo XIX.

De la Independencia a la Regeneración.

Bogotá: Universidad Nacional de Colombia (sede Bogotá). Facultad de Ciencias Humanas. Departamento de Historia, 2016.

DOI: http://dx.doi.org/10.15648/hc.30.2016.12

El presente texto nos acerca a uno de los intereses investigativos de Cortés Guerrero: el estudio del hecho religioso en Colombia. Con sus trabajos ha permitido conocer una temática que todavía está en mora de ser desarrollada ampliamente. El título de la obra nos muestra inmediatamente la intención del autor, que es ilustrarnos cómo la Iglesia, tanto como Institución como movimiento religioso, es un actor importante en la sociedad colombiana del siglo XIX. El deseo de particularizar este aspecto, es porque muchos estudios pierden de vista esa pluralidad a la hora de estudiar la iglesia Católica; una cosa es la Institución y otra puede ser según el caso, la práctica o la opinión religiosa. Por eso habla de Iglesia y religión, porque una cosa es la doctrina y otra, en muchos casos, la práctica. Es claro que el autor ofrecer una mirada no solo a la institución católica, sino a todo sus miembros, jerarquía y laicado, y cómo se han integrado y participado en la política y en la sociedad del siglo XIX.

Pero no es solo eso. Es el hecho que marque el siglo XIX colombiano entre la Independencia y la Regeneración, nos propone una mirada poco común de este desarrollo histórico y poco evidenciado en varias obras que han abordado este tiempo. Detalles como la participación de la iglesia Católica (jerarquía y laicado) en ambos procesos, parece leerse en el fondo del siglo XIX el siglo de la ida y la vuelta al ideario católico. Por esta razón su obra no es estrictamente un texto sobre la historia de la Iglesia, es mucho más que eso; como es normal en él, es un trabajo que nos muestra a esa Institución, sus relaciones, tensiones, opiniones y particularidades con los demás actores de la realidad nacional, lo que hace que su libro sea un texto sobre la historia de Colombia en el siglo XIX. Hace posible ver todo el entramado que busca mostrar su obra, como son las transformaciones y las adaptaciones en lo político, social, eclesial, religioso e institucional en la Colombia en ese siglo.

En el libro, el autor nos ofrece varias hipótesis que marcaron su búsqueda, la primera es que la mayoría de las investigaciones en este campo no se han logrado desprender de las interpretaciones liberales y conservadoras sobre estas relaciones en el siglo XIX1. La segunda, muy en consonancia con la anterior, es la sobrevaloración de las reformas liberales, por ambos bandos como manera de justificar las reacciones que se dieron en los dos lados, y la necesidad en su momento del uso de las armas. A esto suma la importancia del patronato republicano y la aceptación de la independencia por la Santa Sede, en la reconfiguración del Estado y la Iglesia en el siglo XIX2. Además apunta cómo los liberales no fueron antirreligiosos o ateos, más bien anticlericales y antirromanistas, resaltando el claro papel de la religión y el proceso de romanización adelantado desde Roma, como respuesta al peligro que significaba el surgimiento de las Iglesias nacionales3. Por último analiza la conexión entre los procesos internos de Colombia y lo que sucedía en Occidente, sobre todo la relación entre el cuestionamiento de la soberanía del monarca en España y la aceptación de Roma de las independencias en América4.

El libro está organizado en cinco partes, cada una abarca un tramo del siglo XIX; comienza con 1808 cuando se da la invasión francesa en España y termina con 1835. La segunda la dedica a la configuración que se dio entre el Estado y la Iglesia, desde el momento en que la Santa Sede reconoció la independencia de la Nueva Granada5, situación que tuvo su punto de quiebre en 1853 por las reformas de José Hilario López, que tenían como finalidad la separación oficial del Estado y la Iglesia. Cortés considera que las antes señaladas han sido sobredimensionadas, tanto por la historiografía liberal como por la de corte conservador. Esas reformas, según su opinión, fueron más bien parte de la reconfiguración del Estado y la Iglesia que comenzó con la Independencia, en el libro se puede ver de manera puntual en qué consistieron y sus motivaciones6. El autor añade en ese capítulo su opinión sobre el poco interés por parte de los historiadores en investigar el hecho que fue la aceptación de la Santa Sede de la independencia, y cómo eso fue una prioridad para la administración neogranadina7. Él nos ofrece un acercamiento y las diferentes situaciones que en ocasión a ese reconocimiento se dieron. Tenemos también en este aparte varios factores que Cortés plantea para entender la guerra de los Supremos.

La relevancia del presente estudio se da por aspectos como el siguiente: la posibilidad de conocer varios protagonistas de ese siglo, y que tuvieron un papel de relevancia en el desarrollo de esta batalla. En el caso del arzobispo Mosquera, Cortés nos muestra sus acciones y las diferentes respuestas que suscitó su personalidad, sobre todo resaltamos las que se dieron al interior de la Iglesia. Ejemplo de lo anterior son las resistencias del clero neogranadino por su elección, “porque este representaba una visión verticalista y extranjerizante”8. Fueron unas relaciones nada cordiales entre el arzobispo y su clero, que Mosquera consideró como “imbécil y lleno de vicios”9, expresiones como la anterior nos permiten ver la clara “confrontación entre sectores antagónicos”10 en la misma iglesia diocesana. Si estos eran los sentimientos al interior, sus opositores lo vieron como un “personaje que anteponía la autoridad extranjera, en este caso la del pontífice, sobre la autoridad civil de la Nueva Granada”11. Tenemos así la radiografía de uno de los personajes que generó significativas controversias en la primera mitad del siglo XIX, casos como el anterior son la muestra de la importancia y la madurez de la presente obra.

La tercera y la cuarta parte, estudia el papel del Estado, la Iglesia y la religión en los años 1853 y 1867. La primera inicia con el abandono del patronato republicano y la Constitución de 1853. Ambos son un buen recorrido por las prácticas políticas de mediados del siglo XIX, de parte de los gobiernos liberales, el interregno conservador y de la Iglesia católica. En este último el autor nos muestra también la radicalización de las posiciones de la Iglesia desde Roma y replicadas en Colombia, como lo fue la publicación del Syllabus por parte de Pío IX. Terminó así por construir la lectura bipolar y maniquea de la historia colombiana, como un enfrentamiento entre rivales exclusivamente antagónicos12. Nos muestra Cortés, cómo esos años serán de fuertes enfrentamientos y tensa calma. Los puntos de mayor controversia se dieron con la publicación del Decreto Orgánico de Instrucción Pública Primaria de noviembre de 1870 y la no aceptación del patronato, porque llevaría sin remedio al concordato, lo que permitiría la intervención del Papa en los asuntos internos del país13.

La última parte la dedicó a ver cómo fue el proceso que significó el ocaso del liberalismo radical desde 1860 y que terminaría con la Regeneración, ya que la Iglesia al final pasó de estar casi excluida a convertirse en elemento constitutivo nacional. El autor plantea que el inicio de este proceso se dio desde finales de la década de 1860, con la radicalización al proyecto liberal por parte de la Iglesia, a lo que hay que añadir las acciones y determinaciones que surgieron con los siguientes hechos: el Concilio Vaticano Primero, la reorganización de la Iglesia católica neogranadina, el Primer Concilio Provincial Neogranadino y el fortalecimiento del hispanismo14. Se fue dando así un giro político en el país que terminaría con la Constitución de 1886 y el concordato de Colombia con la Santa Sede de 188715. Esa intransigencia por parte de la Iglesia es respuesta a la propuesta educativa radical que se dio con la creación de la Universidad Nacional de 1867, y el Decreto Orgánico de 187016; se tiene así la posibilidad de ver esa relación entre educación, política y religión. Se presenta de esta manera una dinámica que desde los dos lados tuvo un carácter de total intolerancia, así nos lo ofrece muy bien Cortés en este capítulo, que desde nuestra opinión es el mejor de todos. Es evidente que gran parte del mismo es continuación y profundización de su anterior obra Curas y Políticos. Mentalidad religiosa en la diócesis de Tunja17, lo que permite tener al final un texto bien fundamentado y con una exposición clara de gran calidad.

Aquí podemos ver las intervenciones del papa Pío IX a los obispos del país, sobre todo con el arzobispo Herrán, al que pide que convoque el Concilio Provincial, para “remediar los males que padecía la Iglesia en el país”18. El autor logró, como anteriormente lo señalamos con el arzobispo Mosquera, mostrar otro protagonista de este conflicto ideológico, el arzobispo Arbeláez, quien al igual que su antecesor, generaría todo tipo de opiniones, incluyendo en la misma Iglesia. Al final tuvo desacuerdos con los demás obispos del país, también con la prensa católica y con Roma, desde donde se daría la orden de suspender el concilio por él convocado19, con las recomendaciones que sus decisiones no fueran tomadas en cuenta20. El paso del tiempo, señala Cortés, terminó por generar un modus vivendi entre la Iglesia y el Gobierno, que al final ayudaría en su participación en el proyecto regenerador21.

En esta parte el autor le dedicará espacio a la discusión que significó el uso de los textos de Jeremías Bentham y de Destutt de Tracy en las escuelas y en la Universidad Nacional; podemos conocer la defensa, las críticas y las consecuencias que generaron su uso. Como al final esta situación términó generando el proyecto de una universidad católica, en lo que llama Cortés la guerra de las escuelas, que tuvo entre sus protagonistas a la Universidad Nacional versus la Universidad de Antioquia22. Él nos plantea que la guerra de 1876 tuvo entre sus causas este desacuerdo en materia educativa que se inició en esa guerra de las escuelas23. Termina este capítulo con la Regeneración en donde deja en evidencia que fue un proyecto cobijado por el régimen de cristiandad, por el que la Iglesia buscó hacer presencia efectiva en todos los espacios sociales gracias al apoyo del Estado24. Subraya además que este momento de la historia política nacional coincide “con la parte más álgida de la romanización, el ultramontanismo y la intransigencia de la Iglesia Católica”25. La Regeneración se convirtió así en un momento de mutua conveniencia26, pero también de mezcla de ideas, no exclusivamente conservadoras, porque ahí confluyeron líderes políticos que en su hora fueron defensores del radicalismo27. Por eso hay que superar la interpretación tradicional sobre este proceso28; Cortés plantea la hipótesis de que sus raíces hay que buscarlas desde finales de la década de 186029 y que su final también hay que revisarlo, debido a que su discurso excluyente y condenatorio del otro, del oponente, continuó después de la Regeneración30.

El libro termina con varias ideas y temas pendientes desde la perspectiva del autor, aspectos sobre la asimilación del Decreto Orgánico en los estados soberanos y en las municipalidades; cuál fue la influencia de los sacerdotes (no de la jerarquía) para el éxito o fracaso del decreto31. La necesidad de conocer cuáles fueron las situaciones que llevaron a la incapacidad de las autoridades para hacer cumplir las disposiciones legales32; reitera que hay que superar los estudios que solo se han dedicado a las reacciones de la Iglesia a la política educativa de los radicales. Es necesario dar el siguiente paso, como es mirar las dinámicas locales y los otros aspectos dispuestos en el decreto y que al final no funcionaron33. Destaca cómo –a partir de la década del noventa del siglo XX– se ha aumentado el interés por el estudio del hecho religioso en Colombia, un estudio necesitado de un acercamiento teórico y metodológico, que supere tanto la apología todavía presente y la crítica y la diatriba que culpa al hecho religioso de las taras y trabas que sufre la sociedad34.

El texto es una invitación a revisar y volver a pensar en la totalidad, en las explicaciones globales en donde hay que reflexionar sobre el todo y sus componentes, con nuevas temáticas y perspectivas investigativas, manifiesta el autor35. Reitera la necesidad de ver cada uno de los matices sobre los temas expuestos en el libro. Concluye con la tarea de que “la interpretación histórica sobre la iglesia Católica en Colombia está aún por hacerse, despojándola de la apología y la diatriba”36. Por eso en su lista de temas añade los que se refieren a la iglesia Católica como comunidad de fe, estudios pendientes sobre las asociaciones y organizaciones de laicos, su funcionamiento, objetivos, formas de sociabilidad, medios de divulgación, la religiosidad popular, devociones, fiestas, ceremonias, formas de resistencia religiosa, entre otros. La necesidad de tener una visión más amplia del cristianismo, con una historia del protestantismo desde su llegada al país37 o aquellos que hay que hacer en la perspectiva del proyecto grancolombiano38.

Consideramos que también el libro es un texto de historia política colombiana, en donde la religión católica tuvo un papel protagónico en el siglo XIX, por eso esta obra debe convertirse es un referente en el desarrollo historiográfico nacional, no solo por sus conclusiones, sino por el abanico de interpretaciones y temas que propone. Esta es una obra, al igual que las anteriores realizadas por el autor, con un uso excelente y suficiente de fuentes, junto con su dedicación, un buen trabajo historiográfico sobre un tema que ha pasado silenciosamente por nuestra historia nacional.

Luis Manuel Pérez Zambrano

Miembro del Grupo de Investigaciones Históricas en

Educación e Identidad Nacional.

Universidad del Atlántico (Colombia)

Estudiante del Doctorat en Patrimoni, Societats i Espais de Frontera

Universitat de Lleida (España)

lperezzambrano@gmail.com


1 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos. Estado, iglesia y religión en Colombia en el siglo XIX. De la Independencia a la Regeneración (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá. Facultad de Ciencias Humanas. Departamento de Historia, 2016), 13.

2 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 14.

3 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 15-16.

4 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 16.

5 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 115.

6 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 115.

7 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 117.

8 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 196.

9 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 196.

10 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 196.

11 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 199.

12 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 402-403.

13 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 326.

14 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 408.

15 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 407.

16 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 408.

17 José David Cortés Guerrero, Curas y políticos. Mentalidad religiosa e intransigencia en la diócesis de Tunja, 1881-1918 (Bogotá: Ministerio de Cultura, 1998).

18 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 409.

19 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 425.

20 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 473.

21 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 425.

22 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 468.

23 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 474.

24 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 495.

25 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 495.

26 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 495.

27 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 497.

28 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 498.

29 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 499.

30 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 511.

31 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 485.

32 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 486.

33 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 487.

34 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 513.

35 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 514.

36 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 518.

37 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 518.

38 José David Cortés Guerrero, La batalla de los siglos…, 520.