George Lamming y “Voces del Caribe”:
George Lamming and the BBC’s
“Caribbean Voices”:
discusiones en torno
a la autonomía de la
literatura angloantillana
Discussions on the
Autonomy of the West
Indian Literature
Marcelo José Cabarcas Ortega*
Fundación Universitaria Colombo Internacional, Colombia
DOI: http://dx.doi.org/10.15648/cl.25.2017.8
Recibido: Junio 22 de 2016 * Aprobado: Septiembre 30 de 2016
CUADERNOS DE LITERATURA DEL CARIBE E HISPANOAMÉRICA • ISSN 1794-8290 • NO. 25 • ENERO-JUNIO 2017 • 131 - 153
* Magíster en Literatura Hispanoamericana y del Caribe de la Universidad del Atlántico. Profesor asistente de la
Licenciatura en Bilingüismo con énfasis en Inglés de la Fundación Universitaria Colombo Internacional.
mcabarcas@unicolombo.edu.co
132
Resumen
Se aborda la controversia sostenida por
George Lamming, Derek Walcott, Ed-
ward Brathwaite y V.S. Naipaul en torno
a la posibilidad de una auténtica litera-
tura anglocaribeña, destacando el papel
del programa radial “Voces del Caribe”
en la difusión de este debate. Este texto
aporta al campo de los estudios literarios
caribeños porque se aproxima a la forma
en que los intelectuales angloantillanos
de mediados de siglo dieron forma a no-
velísticas y poéticas que, al cuestionar
los imaginarios raciales y culturales co-
loniales, dieron impulso a un proyecto de
autonomía estética que dialogó, al mis-
mo tiempo, con otras formas de pensa-
miento crítico aparecidas en la región. La
reflexión se apoya en el análisis textual
de los ensayos y obras de ficción de los
autores a la luz de la teoría poscolonial,
buscando identificar los rasgos ideo-
lógicos que legitiman o cuestionan las
jerarquías simbólicas manifiestas en las
obras. El análisis de las mismas eviden-
cia un modo más autónomo de interro-
gar, cuestionar y describir dinámicas his-
tóricas de alienación y desposesión que
se insertan en el entramado discursivo.
Esto último es significativo, pues marca
la maduración estética de la literatura
caribeña en lengua inglesa y sus auto-
res, y de modo paralelo, su entrada en el
panorama literario internacional.
Palabras clave
Literatura caribeña, generación del “Win-
drush”, intelectuales del Caribe, poscolo-
nialismo, “Voces del Caribe”.
Abstract
This paper addresses the controversy
held by George Lamming, Derek Wal-
cott, Edward Brathwaite and V.S. Nai-
paul about the possibility of an authentic
west indian literature, highlighting the
role of the radio program “Caribbean
Voices” in the diffusion of this debate.
This text contributes to the field of Ca-
ribbean literary studies because it ap-
proaches the way in which mid-century
west indian intellectuals gave form to
novels and poetics that, by questioning
the colonial racial and cultural imaginar-
ies, gave impulse to a project of aes-
thetic autonomy which dialogued, at the
same time, with other forms of critical
thinking that appeared in the region. This
reflection is based on the textual analy-
sis of the authors’ essays and works of
fiction, seeking to identify, in the light
of the postcolonial theory, the ideologi-
cal features that legitimize or question
the symbolic hierarchies manifested in
the works. The analysis of the works
shows a more autonomous way of in-
terrogating, questioning and describing
the historical dynamics of alienation and
dispossession that are inserted in their
discursive frameworks. The latter is sig-
nificant, as it marks both the aesthetic
maturation of the Caribbean literature
in English and its authors, and its entry
into the international literary field.
Key words
Caribbean literature, “Windrush” gen-
eration, Caribbean intellectuals, post-
colonialism, “Caribbean Voices”.
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DE
LA LITERATURA ANGLOANTILLANA
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Los dos objetivos de este artículo son, en primer lugar, analizar los acuerdos y
desacuerdos existentes entre los autores más importantes de la generación del
“Windrush” en lo tocante a la posibilidad de una literatura angloantillana inde-
pendiente; en segundo lugar, describir la forma en que “Caribbean Voices”, un
programa radial producido por la BBC en el Caribe de mediados del siglo XX,
ofreció un espacio para la difusión de ese debate, que contó con algunas de las
más importantes guras de la letras caribeñas contemporáneas, y el cual marcó
el inicio de una literatura angloantillana estéticamente más madura. A manera
de introducción, hablaremos de las dos tendencias a considerarse. Inicialmen-
te tenemos a Lamming, Walcott y Brathwaite, quienes, de manera entusiasta,
defendieron la autonomía de esta nueva literatura con respecto a los modelos
occidentales. En su opinión, a pesar de los estereotipos que subvaloraban la ca-
pacidad de los habitantes de la región, los caribeños habían sido, hasta ese mo-
mento, capaces de generar una cultura notoriamente independiente, diversa y
rica en cuanto a lo estético. Sin embargo, es de notar también que, vista ahora,
su defensa de esta autonomía resulta ambivalente, pues de forma paradójica, se
expresa a través de los modelos perceptuales e imaginarios coloniales que su
propio trabajo cuestiona.
Ubicado en la corriente de opinión contraria tenemos a Naipaul, quien considera
que la cultura caribeña real es la que, por fortuna, ha evolucionado de acuerdo a
los parámetros del canon occidental. Solo mediante su marcada voluntad imitati-
va, es que la primera ha conseguido adaptarse a la cultura auténtica representada
por el segundo, pues lo realmente Caribe es solo aquello que supera su propia
vulgaridad asimilándose a la universalidad de Europa, a lo ideal de sus reperto-
rios temáticos, sus escalas de valores y sus dinámicas de representación interna.
Para él, solo dentro de esa tradición puede surgir una literatura “universal” y ma-
dura, que responda a las necesidades comunicativas del artista en esta o cualquier
parte del mundo. De modo que, dicho de manera sucinta, al plantearlas como de-
masiado “locales”, la visión de Naipaul sobre las obras surgidas en esta región es
más bien escéptica, pues es precisamente la precariedad de fundamentos lo que
traba el desarrollo de una escritura original en el ámbito de las islas antillanas.
Ahora bien, para proseguir es necesario aclarar que las conclusiones de este tra-
bajo se nutren principalmente de la perspectiva postcolonial aportada por Simón
Gikandi, reconocido crítico de la literatura negra anglocaribeña. De vital impor-
tancia son, asimismo, las contribuciones de investigadores como Nick Bentley y
Onyekachi Wambu, quienes también han investigado seriamente sobre el fenó-
meno en cuestión. Su trabajo es importante porque demuestra cómo los intelec-
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tuales caribeños han aportado al conocimiento de su región mientras contribuyen
al empoderamiento simbólico de sus comunidades de origen, a todas luces victi-
mizadas por la historia. Con lo anterior en mente, este análisis apoya la premisa
de que los grupos subordinados, aparentemente inermes, violentados desde lo
material y desde lo simbólico, son en realidad agentes activos en el proceso de
construcción de sus propias identidades. Los autores, en ese sentido, no hacen
más que dar voz a una efervescencia intelectual y emotiva que canalizan a través
de su escritura, y por tanto, estudiar sus opiniones no es solamente un modo de
rastrear las dinámicas propias de una posible tradición intelectual regional, sino
un camino a la comprensión de las formas en que el Caribe se ha pensado a sí
mismo más allá de los cuatro bordes de los textos.
Sin embargo, queda una idea por considerar: este texto se contextualiza en las
islas caribeñas de habla inglesa de mediados del siglo XX. En aquel entonces di-
chas islas se encontraban bajo la autoridad de un imperio británico cuyo modelo
colonial, racista y clasista, empezaba a mostrar signos de crisis. Es en el marco
de esa crisis que debemos entender la búsqueda de los intelectuales antes men-
cionados por una mayor autonomía losó ca y creativa. Esta búsqueda, como se
ha a rmado antes, re ejó y vectorizó, a su vez, el interés popular antillano por
una mayor autonomía política. En esa línea argumental, este texto apunta, de
modo ya más especí co, a los modos en que George Lamming y otros artistas del
llamado “Windrush”, supieron balancear las contradicciones inherentes al hecho
de ser negros caribeños letrados para moverse, de manera efectiva, dentro de un
sistema social colonizado en lo cultural, lo educativo y lo editorial. Asimismo,
estas páginas analizan la forma en que la propuesta de cada escritor se empalmó,
de manera más o menos contundente, con una tradición escritural que ya en ese
momento empezaba a mostrar los rasgos de nitorios que hasta hoy la de nen.
Finalmente, este texto desafía las visiones negativas y super ciales del fenómeno
literario angloantillano porque aborda las correlaciones entre las temáticas, los
estilos y lo social para poder entender los regímenes de conocimiento y sensibili-
dad que se hilvanan en estos escritos. La propuesta, en este caso, es comprender
las maneras en que estos escritores encontraron su eje creativo y escribieron su
propio capítulo en la historia intelectual del Caribe, a partir de la inevitable am-
bigüedad a la que se enfrentan los presupuestos del pensamiento colonial y los
rasgos de nitorios de lo afroantillano.
Sobre el autor
Artista y académico, George Lamming es uno de los intelectuales más recono-
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cidos del Caribe anglófono. Nacido en Barbados en 1927, ha escrito, entre otras
obras, In the Castle of my Skin (En el castillo de mi piel) (1953); The Emigrants
(1954); Season of Adventure (1960); Natives of my Person (1972); The Pleasu-
res of Exile (1960); y Conversations: Esssays, Addresses and Interviews (1992).
De manera paralela, ha trabajado para las universidades de West Indies, Brown,
Pennsylvania y Texas, y desde mediados de los ochenta, ha colaborado como
asesor de Casa de las Américas. Sin embargo, “a pesar de ser bien conocido entre
los investigadores especializados en literaturas caribeñas y africanas, Lamming
no ha logrado adquirir el estado de superestrella dentro de los estudios literarios
en lengua inglesa que distingue a Naipaul y Walcott” (Simoes da Silva, 2000,
p.6)
1
. Aun así, su prestigio académico es innegable y se debe, principalmente, a
la publicación de Los placeres del exilio (Pleasures of Exile) (1960), uno de los
primeros intentos de re exionar sobre los entrecruzamientos entre ideología, his-
toria intelectual y literatura en el mundo angloantillano. El ensayo, en especí co,
se centra en los modos en que los escritores de la región “se apropian, mientras la
domestican, de una técnica narrativa que ha sido central dentro del proyecto co-
lonial” (Simoes da Silva, 2000, p.12)
2
. Lo anterior se evidencia en En el castillo
de mi piel (1953)
3
, su primera obra de cción, que puede interpretarse como un
intento temprano de deconstruir, desde lo textual, los presupuestos coloniales de
los cuales surgen las representaciones etnocéntricas de lo “caribeño”.
La aparición de “Voces del Caribe” (1942) y la generación del “Windrush”
en el contexto de las letras anglocaribeñas
Ciertamente la carrera de Lamming surgió paralela al debate sobre los modos
más pertinentes de narrar la realidad angloantillana. Este debate tuvo como pro-
tagonistas, entre otros, a famosos narradores y poetas como Edward Brathwai-
te, Derek Walcott y V.S. Naipaul, quienes, dependiendo de sus antecedentes e
inclinaciones, manifestaron opiniones variadas sobre el tema. A su vez, dichas
opiniones encontraron un espacio de difusión muy importante en el programa
radial “Voces del Caribe” (“Caribbean Voices”), el cual, de acuerdo con el poeta
barbadense Austin Clarke (2011), fue de vital importancia para la consolidación
1 “Despite of being well known among “scholars” working on Caribbean and African literatures, Lamming has
failed to attach the superstar status within the discipline of english that distinguishes Naipaul and Walcott.
Indeed, apart from Sandra Pouchet Paquet’s study of the novels, Lamming’s work continues to attract critical
attention” (La traducción es mía).
2 “Writers working within the formerly colonized world appropriate, and in turn then domesticate, a narrative
form that itself has been central to the colonial mission” (La traducción es mía).
3 A partir de este momento este trabajo se referirá a la novela usando su título en español.
MARCELO JOSÉ CABARCAS ORTEGA
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de la literatura anglocaribeña contemporánea, puesto que, antes de su aparición,
la información, entretenimiento y cultura que se transmitía en estas islas era aje-
no a las realidades de la gente que las habitaba, es decir, todo lo que se oía y todo
lo que se aprendía trataba de una Inglaterra de costumbres y tradiciones muy
distintas de las existentes en lugares como Barbados o Trinidad. Sin embargo, a
pesar de lo disímil que la programación cultural metropolitana resultaba en rela-
ción con la vida de sus súbditos en las Antillas, para los mismos, la pertinencia de
dicha programación no admitía cuestionamientos porque, dado que constituía la
voz de la Inglaterra imperial, su “validez” era absolutamente incuestionable para
los estamentos de la cultura o cial.
Esto obedeció a ciertas especi cidades históricas, tratadas por Edward Kamau
Brathwaite en su ensayo Historia de la voz (History of the Voice) (1984), las
cuales estaban vinculadas con la concepción del colonialismo británico de sus
dominios caribeños. En palabras del autor:
Lo que nuestro sistema educativo hizo fue reconocer y mantener
la lengua del conquistador (…). Insistió en que no solo se habla-
ría el inglés, sino que además el sistema educativo en el Caribe
anglófono portaría los contornos de un patrimonio cultural inglés
(…) la literatura y las formas literarias británicas, los modelos
que poco tenían que ver, realmente, con el medio y la realidad
de lo no europeo fueron dominantes en el sistema educativo ca-
ribeño. (Brathwaite, 2010, p.120)
Pero para los intelectuales angloantillanos de mediados del siglo XX, que esta-
ban viviendo un proceso de descolonización, esto resultaba problemático, pues
implicaba validar la supuesta inferioridad de su propia cultura. Desde su óptica,
quienes aceptaban esta situación ayudaban a legitimar el mito de la marginalidad
estética, política y cultural del Caribe, es decir, la idea de un mundo caribeño
“ilegítimo, sin raíces, racialmente degradado”, víctima de una marcada incapaci-
dad creativa (Walcott, 1974, p.2)
4
. Pero a pesar de su actitud crítica, dichos artis-
tas tendrían que enfrentarse a una situación contradictoria, puesto que los medios
expresivos de los que disponían provenían precisamente de las formas dominan-
tes que cuestionaban. Mirando hacia atrás, el mismo Clarke (2011)
plantea esta
4 “The way that the Caribbean is still looked at, illegitimate, rootless, mongrelized. ‘No people there’, to quote
Froude, in the true sense of the word. No people. Fragments and echoes of real people, unoriginal and broken”.
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GEORGE LAMMING Y “VOCES DEL CARIBE”: DISCUSIONES EN TORNO A LA AUTONOMÍA
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ambigüedad a modo de pregunta: “¿por qué, en un mundo lleno de buganvilias y
ores de ‘Mar Pací co’, debíamos recitar de memoria versos tan ajenos a “nues-
tra experiencia como aquellos de Robert Herrick?”, Bellos narcisos lloramos/
al verlos irse tan pronto
5
. ¿Por qué tanto interés en una or lejana, –nos dice–:
“cuando había tanto que describir aquí?”. De todas las formas posibles, concluye,
“habíamos hecho de Barbados una parte de Inglaterra” (2011, p.19)
6
.
Exactamente la misma paradoja es descrita por George Lam-
ming en Los placeres del exilio:
Dado que la negociación cultural era estrictamente entre Inglate-
rra y los indígenas, e Inglaterra había adquirido, de algún modo,
el derecho divino de organizar la lectura de los indígenas, era
de esperar que la exportación de literatura por Inglaterra fuera
inglesa. (2010, p.52)
También Brathwaite, desde el plano de la poesía, reconoce estas contradiccio-
nes: “en lo que respecta a lo que escribimos, a nuestros modelos perceptuales”.
Brathwaite a rma, “somos más conscientes, en términos de sensibilidad, de la
caída de la nieve –los modelos están todos ahí para la caída de la nieve– que de
la fuerza de los huracanes que suceden cada año” (2010, p.120)
7
. Su poema “The
Day the First Snow fell” (“El día en que la primera nieve cayó”) (1957), es un
ejemplo palpable de la interiorización de esos modelos perceptuales dentro de
una poética que no corresponde a vivencias realmente caribeñas. Así que, leídos
a la luz de esta necesidad autoa rmativa, los anteriores versos ironizan la inade-
cuación de los esquemas líricos tradicionales a la experiencia propia: “El día
que la primera nieve cayó oté hasta mi nacimiento/ de plumas cayendo por mi
ventana, toqué la tierra/ y se derritió/ toqué de nuevo y dejé un pequeño toque de
luz” (Brathwaite, 2010, p.5)
8
.
“Voces del Caribe” coadyuvó la transformación de estas viejas sensibilidades
5 “Fair Daffodils, we weep to see you haste away so soon”. El verso corresponde “To daffodils” de Robert Hen-
rick (1591-1674).
6 “We had made, whether consciously or subconsciously, Barbados a part of England” (La traducción es mía).
7 “And in terms of what we write, our perceptual models, we are more conscious (in terms of sensibility) of the
falling of the snow, for instance –the models are all there for the falling of the snow– than of the force of the
hurricanes which take place every year (Brathwaite, 1984, p.462).
8 La anterior es la traducción de Austin Clarke: “The day the rst snow fell I oated to my birth/ of feathers falling
by my window; touched earth/ and melted, touched again and left a little touch of light”.
MARCELO JOSÉ CABARCAS ORTEGA
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coloniales. No podría decirse que el programa fue la única causa de este cambio,
pero no puede negarse que fue importante en el despliegue de una nueva genera-
ción de intelectuales y artistas oriundos de dicha región. Durante un horario de
amplia audiencia, la radio británica empezó a emitir, para las islas en las Antillas,
voces que hablaban de una realidad propia, en un lenguaje poético cuyo lugar de
origen era el Caribe mismo. El programa, transmitido por la BBC desde 1946,
gozó, por más de una década, de gran celebridad en el ámbito británico y, sobre
todo, en la región, y constituyó, desde sus inicios, la plataforma desde la cual se
dio a conocer tanto la producción literaria procedente de los territorios caribeños,
como la de los escritores originarios de estos territorios que empezaban a hacer
carrera como escritores en la lejana Gran Bretaña. Onyekachi Wambu re ere lo
siguiente sobre estos autores:
Desde 1946 “Voces del Caribe” había sido dirigido por Henry
Swanzy, y era un programa semanal que concentraba 20 minu-
tos (29 minutos después de 1947) de un valioso tiempo de trans-
misión al aire, en la producción literaria (cuentos, poemas, obras
de teatro y crítica literaria) de la región del Caribe. El programa
ayudó a lanzar las carreras de personas como George Lamming,
Edward Kamau Brathwaite, V.S. Naipaul, el fallecido Sam Sel-
von, Wilson Harris, el Jamaicano John Figueroa y el poeta de
Santa Lucía, Derek Walcott (…). Todos los grandes escritores
de la región, ya sea los que vinieron a Gran Bretaña (o los que
se quedaron en casa, como Derek Walcott y el Jamaicano Vic
Reid) reconocen la importancia del programa (…). Edward Ka-
mau Brathwaite ha dicho que “Voces del Caribe” fue el cataliza-
dor literario más importante para la escritura creativa caribeña
en inglés. Antes de la llegada a Gran Bretaña, los temas de la
escritura tuvieron que ver con la recreación del espacio del Cari-
be en tanto vivencia espacial. Hasta 1948, la gente de la región
había escrito sobre esta, pero no había descrito suficientemente
su propio sentido de sí mismos o de su entorno físico y su pai-
saje. (2011, p.5)
9
9 Caribbean Voices had been run since 1946 by Henry Swanzy, and was a weekly programme which focused
20 minutes (29 minutes after 1947) of valuable air time on the literary output (short stories, poems, plays and
literary criticism) of the Caribbean region. The programme helped launch the careers of people like George
Lamming, Edward Kamau Brathwaite, V.S. Naipaul, the late Sam Selvon, Wilson Harris, Jamaican John Fi-
gueroa and St Lucian poet, Derek Walcott. The programme also helped them get publishers and when they
arrived in Britain provided them with work as readers. All the major writers of the region, whether they came
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GEORGE LAMMING Y “VOCES DEL CARIBE”: DISCUSIONES EN TORNO A LA AUTONOMÍA
DE
LA LITERATURA ANGLOANTILLANA
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Por lo visto, el programa impulsó un giro en la concepción y realización de la
literatura anglo-caribeña. En efecto, los años en que “Voces del Caribe” se trans-
mitió (1943-1958), encuadran los orígenes de una de las generaciones más fruc-
tíferas de la literatura angloantillana: Lamming, Naipaul, Walcott y Brathwaite,
entre otros. En una entrevista concedida en 1987, el propio Lamming reconoce
su importancia para la consolidación de una tradición más autónoma:
la gente sabía de “Voces del Caribe”, pero lo que resultó impor-
tante para mí fue la forma muy vital en la que se podía ayudar
a una sociedad a escuchar y verse a sí misma a través de ese
medio de comunicación. (Lamming, 1989)
10
Ahora bien, el apelativo “Generación del Windrush”, con el cual la crítica es-
pecializada se re ere a este grupo de literatos e intelectuales, surge del proceso
migratorio del cual los mismos tomaron parte, el cual consistió en lo siguiente:
En junio de 1948, a bordo del “SS Empire Windrush”, 492 pasajeros, proceden-
tes de las Antillas de habla inglesa, arribaron a los muelles de Tilbury, en Essex,
Inglaterra. Este fue el inicio del ujo masivo de caribeños que caracterizó la vida
social y cultural del Reino Unido después de la segunda guerra mundial. La ma-
yoría de los inmigrantes que se reunieron bajo esta denominación eran varones
educados, ilusionados con la promesa de una mejor vida, y para interés nuestro,
en su seno guraban algunos de los nombres más relevantes para los estudios
caribeños. En palabras de Wambu:
Ya había existido por largo tiempo un patrón de intelectuales de
África, la India y el Caribe que iban a Gran Bretaña para estu-
diar, agitar contra el colonialismo y publicar sus obras (C.L.R Ja-
mes, Jomo Kenyatta, Hastings Banda, Marcus Garvey y George
Padmore habían vivido en Gran Bretaña en los 30s), pero luego
to Britain (or stayed at home like Derek Walcott and Jamaican Vic Reid) acknowledge the importance of the
programme. Edward Kamau Brathwaite has said that Caribbean Voices ‘was the single most important literary
catalyst for Caribbean creative writing in English’. The themes of the writing before the arrival in Britain had
to do with re-creating the space of the Caribbean as a lived in space. Up until 1948, the people of the region
had been written about but had not suf ciently described their own sense of self or their physical environment
and landscape. Consultado en: Wambu, Onyekachi (2011). Black British Literature since Windrush. Londres:
BBC. Recuperado de http://www.bbc.co.uk/history/british/modern/literature_01.shtml (La traducción es mía).
10 I worked for a number of years with the BBC Overseas Service and especially with the programme, people
would know of Caribbean Voices, but what came home to me was the very vital way in which you could help
a society to hear and see itself through that media (La traducción es mía). Consultado en Lamming, G. (1989).
Transcript of an interview with George Lamming. Port of Spain, Trinidad and Tobago: Banyan Pancaribbean.
Recuperado de http://www.pancaribbean.com/banyan/lamming.htm (La traducción es mía).
MARCELO JOSÉ CABARCAS ORTEGA
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llegaron George Lamming y Edward Kamau Brathwaite desde
Barbados, los trinitarios Samuel Selvon, C.L.R James y V.S. Nai-
paul, los jamaiquinos Andrew Salkey y Stuart Hall y los guya-
neses Wilson Harris y Edgar Mittelholzer, quienes iban a unirse
a James Berry. Edward Kamau Brathwaite y Stuart Hall habían
llegado para estudiar en Cambridge y Oxford respectivamente
(…) los otros escritores vinieron porque Londres era el centro de
la escena literaria inglesa... (Wambu, 2011, p.3)
11
Sin duda, los autores del “Windrush” lograron hacerse un lugar en el panorama
literario internacional a partir de dos aspectos especí cos, que fueron, el primero,
la mayor independencia creativa que se permitieron en relación con la tradición
literaria europea, y el segundo, las nuevas perspectivas mediante las cuales narra-
ron las complicadas relaciones interculturales de sus respectivas sociedades. Fue
precisamente este fermento crítico y creativo lo que rede nió, de allí en adelante,
la relación entre las letras anglocaribeñas y la tradición occidental. Pero despren-
didas de dicho fermento, empiezan a aparecer dentro de esa misma generación
distintas formas de entender ese sistema de representaciones que es la cultura del
Caribe, cada una de las cuales expresa, en diferente medida, un lugar de enuncia-
ción que se ubica entre el peso innegable de la tradición heredada, por un lado, y
la búsqueda de la propia identidad, por el otro.
La estética de Lamming y la “generación del Windrush” como una narrati-
va de autonomía cultural: aproximaciones al debate
De C.R.L. James a Lamming: la dualidad del nativo en el centro
Como ya se a rmó, Lamming participó en un debate que aportó distintas pers-
pectivas acerca de la labor del escritor en el Caribe. Mientras algunos como él
se interesaron en las implicaciones ideológicas y políticas del colonialismo y el
11 Although there had been a long established pattern of African, Indian and Caribbean, intellectuals coming to
Britain to study, agitate against colonialism and publish their works (CLR James, Jomo Kenyatta, Hastings
Banda, Marcus Garvey and George Padmore had lived in Britain in the 1930s), Soon after Barbadians George
Lamming and Edward Kamau Brathwaite, Trinidadians Samuel Selvon, CLR James, and VS Naipaul, Jamai-
cans Andrew Salkey and Stuart Hall, and Guyanese Wilson Harris and Edgar Mettleholzer, were to join James
Berry. Edward Kamau Brathwaite and Stuart Hall had arrived as students to attend Cambridge and Oxford
respectively (as had their fellow African students Wole Soyinka and Chinua Achebe in the 1950s). The other
writers came because London was at the centre of the English literary scene, and they were seeking to escape
the local backwater of the colonies, to get published and win the respect and validation of their literary peers.
(Wambu, 2011, p.3) (La traducción es mía). Consultado en: Wambu, Onyekachi (2011). Black British Literature
since Windrush. Londres: BBC. Recuperado de http://www.bbc.co.uk/history/british/modern/literature_01.sht-
ml (La traducción es mía).
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GEORGE LAMMING Y “VOCES DEL CARIBE”: DISCUSIONES EN TORNO A LA AUTONOMÍA
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racismo, otros “como V.S. Naipaul y Derek Walcott creían que la escritura an-
glocaribeña tenía que escapar de la política del momento si quería ser capaz de
representar la realidad colectiva del Caribe” (Simoes da Silva, 2000, p.20)
12
. Sin
embargo, a pesar de los desacuerdos, el trabajo de todos coincide en su mirada
ambivalente hacia el legado que occidente ha aportado a la región y en el posi-
cionamiento de la idea del héroe local. Según Onyekachu Wambu, esta tendencia
se remonta a los primeros trabajos de C.L.R. James:
En la década de 1930, C.L.R. James había escrito la novela Min-
ty Alley (1936), así como los Jacobinos Negros (1938), el relato
histórico de la exitosa rebelión de esclavos en Santo Domingo
(hoy Haití), lo cual desató un hambre nueva por la autodefinición
de la región. La gente del Caribe podía ser heroica, podían ser
actores importantes e incluso dueños de su propio destino. Esto
fue particularmente crítico, y se dio paralelo al otro gran evento
que sucedió en la región en ese momento: el grito por la inde-
pendencia y el autogobierno. (2011, p.6)
13
A juicio de Wambu, la novela Minty Alley (1936), de James, fue, hasta la apa-
rición de En el castillo de mi piel en 1953, el trabajo de cción más importante
escrito en las Antillas de lengua inglesa. Visto en perspectiva, lo que asemeja a
ambos textos es un tono narrativo marcadamente personal, mediante el cual dos
jóvenes protagonistas “negros” atestiguan, mientras crecen, el proceso de luchas
y negociaciones entre los sectores subordinados y las fuerzas colonizadoras ope-
rando en dichas islas a mediados del siglo XX. Otra similitud que existe entre
los dos es su visión decadente del imperialismo inglés, que se da paralela a un
entusiasmo cauto hacia el nacionalismo en ascenso entre las clases trabajadoras.
Pero contempladas desde otro ángulo, las novelas también nos permiten enten-
der mejor el complejo posicionamiento del escritor anglocaribeño, en la medida
en que nos dejan ver la distancia que media entre su posición como letrado y el
mundo social mayormente pobre y analfabeto del que proviene.
12 “V.S. Naipaul, Derek Walcott and others such as Wilson Harris, for whom Caribbean writing had to escape the
politics of the day if it were to be able to represent the collective reality of the Caribbean” (La traducción es
mía).
13 In the 1930’s CLR James had written a novel Minty Alley (1936) as well as the Black Jacobins (1938), the his-
torical account of the successful slave revolt in San Domingo (now Haiti), unleashing a new hunger for self de-
nition in the region. People of the Caribbean could be heroic, they could be important actors and even masters
of their own destiny. This was particularly critical, given the other huge event sweeping the region at the time
- the cry for independence and self government. CLR James’ Minty Alley had convinced them that self-hood
and the region’s black and Asian poor were suf cient material for heroism. (Wambu, 2011, p.6) (La traducción
es mía). Consultado en: Wambu, Onyekachi. (2011). Black British Literature since Windrush. Londres: BBC.
Recuperado de http://www.bbc.co.uk/history/british/modern/literature_01.shtml (La traducción es mía).
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En cada caso, los protagonistas, “antillanos negros educados”, llegan a la con-
ciencia de su posición ambivalente, pues, aunque su formación los “eleva” por
sobre sus contextos de origen, padecen, al mismo tiempo, la exclusión o cial
colonial. La crianza de Haynes, el protagonista de la novela de James, ejempli -
ca estas contradicciones. En la siguiente cita, los valores que la madre expone a
su hijo evidencian la distinción que marca el hecho de ser una persona educada,
y al mismo tiempo, la existencia de una jerarquía racial y cultural que no puede
transformarse: “Quiero que seas independiente, y en estas islas pequeñas, que un
negro pueda ser independiente signi ca que debe tener dinero o una profesión”
(James, 1997, p.22)
14
. Así, surgida del supuesto solipsismo del escritor a la occi-
dental, parece ensancharse la brecha entre los autores y la comunidad de la que
su obra se nutre. Esto equivale a repetir que el intento de James y Lamming de
escribir desde un lugar de enunciación autóctono, es coercionado por la inevita-
ble occidentalidad de los estilos y modelos de su escritura.
Pero esta contradicción encuentra su contrapeso en el compromiso con la veraci-
dad histórica. Toda novela está ligada a las condiciones históricas de las que sur-
ge, y los “escritores del Windrush” no son la excepción. El mismo James a rmó
que los verdaderos historiadores del Caribe eran sus novelistas, y por eso ver lo
que los mismos pensaban acerca de su literatura permite entender la evolución de
la historia cultural de las Antillas anglófonas. Schwarz (2003) plantea al respec-
to, que pese a que En el castillo de mi piel (1953) fue posible gracias a la educa-
ción a la inglesa de su autor, esta aparece durante la crisis colonial británica en
las Antillas, y en esa medida, no puede escapar al debate en torno a la legitimidad
de su dominio político y cultural. De hecho, ya que el autor en sí mismo encar-
na esta contradicción (educado por la metrópoli; aunque originario de un grupo
excluido por la misma), no es de extrañar que su obra re eje las contradicciones
de ser simultáneamente víctima y creador dentro de la cultura victimizante. Esta
a rmación se va a considerar con más detalle.
George Lamming, Derek Walcott y la paradoja del inglés como el verdadero
ancestro
Desde sus inicios, la obra de Lamming reconoció que ser un escritor “negro y
caribeño” dentro de un legado literario y lingüístico angloeuropeo, encierra pa-
14 “You are black, my boy. I want you to be independent, and in these little islands for a black man to be indepen-
dent means that he must have money or a profession. I know how your father suffered, and you are so much like
him that I tremble for you” (La traducción es mía).
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GEORGE LAMMING Y “VOCES DEL CARIBE”: DISCUSIONES EN TORNO A LA AUTONOMÍA
DE
LA LITERATURA ANGLOANTILLANA
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radojas, pero a la vez ofrece posibilidades. Esto es explícito en Los placeres del
exilio:
No me interesa demasiado lo que el escritor antillano ha apor-
tado a la lengua inglesa porque el inglés ya no es la lengua ex-
clusiva de quienes viven en Inglaterra. Eso terminó hace mucho
y es hoy, entre otras cosas, una lengua antillana. Lo que los an-
tillanos hagan con ella es asunto suyo. Una consideración de
mayor importancia es lo que el novelista antillano ha traído a las
Antillas. Esa es la verdadera pregunta y responderla puede ser
el comienzo de un intento de lidiar con esa estructura colonial
de conciencia que ha determinado los valores antillanos. (2010,
p.66)
15
Pero Lamming no es el único en verlo de ese modo, Derek Walcott, en su ensayo
“La musa de la historia” (“The Muse of History”) (1974), a rma que el inglés
“es el lenguaje del imperio, y los poetas son, no sus vasallos, sino sus príncipes”
(1999, p.43), metáfora que rea rma el derecho del Caribe sobre una lengua y una
tradición que la historia ha hecho suyas. Sin embargo, para quienes piensan así,
aparece la siguiente pregunta, ¿cómo plasmar estos modelos literarios en una
narrativa propia de la experiencia antillana? A lo anterior, Walcott ofrece una
respuesta conciliadora, que evidencia no solo su situación, sino la de Lamming y
otros autores de su generación:
La gente ha malinterpretado, deliberadamente, que me gustaría
ser un escritor “blanco”, o que mi herencia es la de un inglés
“blanco”, esto es ridículo. Era inconcebible para mí que ellos qui-
sieran decir eso, de lo que estoy hablando es de la lengua, y
ese patrimonio continúa, cualquier joven escritor de hoy en día,
en cualquier lugar, tiene el idioma inglés como su ascendencia.
(Walcott, 1999)
16
15 I am not much interested in what the West Indian writer has brought to the English language; for English is no
longer the exclusive language of the men who lived in England. That stopped a long time ago; and it is today,
among other things, a West Indian language. What the West Indian do with it is their own business. A more im-
portant consideration is what the West Indian novelist has brought to the West Indies. That is the real question;
and its answers can be the beginning of an attempt to grapple with that colonial structure of awareness which
has determined West Indian values (Lamming, 2004, p.36).
Nota adicional: la traducción al español de Los placeres del exilio consultada en este trabajo es la de María
Teresa Ortega para Casa de las Américas (2010).
16 People have misinterpreted, deliberately, that I’d like to be a white writer, or my heritage is that I am a white
Englishman, this is ridiculous. It was inconceivable to me that they wanted to say that, what I am talking about
is the language, and that heritage continues, any young man wrtitng today, anywhere, has the English language.
Tomado de: Walcott, D. (2009). Caribbean Voices. Londres: BBC. Recuperado de http://www.bbc.co.uk/world-
service/documentaries/2009/07/090721_caribbean_voices_1.shtml
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De modo que para Walcott, el potencial transformativo y creativo del lenguaje es
más importante que las divisiones categóricas entre culturas, y por eso, aunque el
Caribe sea una memoria rota, la lengua y la literatura surgidas del choque colo-
nial pueden ayudar a reunir las piezas dispersas y con ictivas que la conforman.
Esta reconstrucción se da frase tras frase, en las nuevas metáforas que la narra-
tiva y la lírica crean, y estas nuevas metáforas, a su vez, son producidas desde
las identidades múltiples y siempre cambiantes que han surgido en la región.
Para el poeta, pensar lo opuesto es repetir las interminables evocaciones de una
falta esencial, la idea de un mundo ilegítimo, sin raíces y degenerado, hecho de
“Fragmentos y ecos de gente real; gente nada original, quebrada” (1996, p.2). En
“Las Antillas: Fragmentos de una memoria épica” (“Antilles: Fragments of an
Epic Memory”), su discurso de aceptación del premio Nobel, el escritor refuta el
mito del Caribe como imagen desdibujada de Europa a través de una metáfora,
con la cual sugiere que el acto literario en esta parte del mundo, en cuanto labor
de la imaginación, es una forma de reinvención cultural. El discurso narra su
visita a un pueblo trinitario de culíes llamado “Felicity” durante la celebración
del “Ramleela”, un festival ancestral. En el mismo, Walcott ve una alegoría de la
literatura caribeña, la cual, lejos de constituirse en mera nostalgia de los orígenes
o reproducción mecánica de un ritual lejano, constituye la expresión de una cul-
tura vigorosa, que re-dinamiza en todo momento sus propios sentidos y puestas
en escena. Para simbolizar esta vitalidad escoge una imagen solar:
Todas las Antillas, cada isla, son un esfuerzo de la memoria;
cada mente, cada biografía racial termina en amnesia y niebla.
Trozos de luz solar a través de la niebla y repentinos arco iris,
arcs-en-ciel. Éste es el esfuerzo, la tarea de la imaginación anti-
llana: reconstruir sus dioses, frase tras frase, con bastidores de
bambú. (1996, p.3)
17
Así pues, Walcott, al igual que Lamming, reconoce la tensión entre continuidad
y rompimiento que da origen a su escritura. De acuerdo con Simon Gikandi, para
los anglocaribeños, muy particularmente para los escritores negros, es imposible
escapar a esta tensión porque cualquier relación con el pasado “ancestral” es dis-
17 All of the Antilles, every island, is an effort of memory; every mind, every racial biography culminating in am-
nesia and fog. Pieces of sunlight through the fog and sudden rainbows, arcs-en-ciel. That is the effort, the labour
of the Antillean imagination, rebuilding its gods from bamboo frames, phrase by phrase (Walcott, 1992, p.8).
La traducción de arriba, de autoría de José Luis Rivas y Norman Glass, corresponde a Walcott, D. (3 de noviem-
bre de 1996). Las Antillas: fragmentos de una memoria épica. La jornada semanal (pp.3-6).
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DE
LA LITERATURA ANGLOANTILLANA
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tante, y en todo caso, está mediada por lo europeo. Por eso, a la hora de pensar en
términos de autoexpresión, la invención es fundamental:
África tal vez provea al escritor caribeño del mito de un pasado
ancestral estable, aunque tal exista solo en la memoria distante.
Él realmente no puede ser definido por las imágenes de un pasa-
do heroico alejado; solo sus experiencias personales inmediatas
pueden ser temáticas para una literatura relevante. Usualmente
se dice que lo que el escritor caribeño no tiene se lo inventa en
su literatura, arte y música. Si estos modos de expresión cultural
tienen alguna materia en común, esta sería la definición de la
personalidad y la experiencia caribeñas. (Gikandi, 1986, p.IV)
18
Entendida en esos términos, la obra de Walcott, al igual que la de Lamming, re-
eja las continuidades y cambios presentes en el escritor del Caribe y la tradición
en la que se enmarca. En el caso del primero, el modo de entenderlo pasa por la
ironía. En efecto, el poeta reconoce que la prevalencia de cualquier lenguaje y
cultura es ante todo política, pues como expresión de la clase dominante ambas
cosas tienen, en toda sociedad, un estatuto privilegiado, es decir, son “la lengua”
y “la cultura” del arte, la justicia y la educación. El inglés, aunque impuesto por
el colonizador en la sociedad angloantillana, permite la interacción y el entendi-
miento. En cuanto a lo artístico, Walcott no se equivoca al sostener que el úni-
co legado realmente perdurable en todo este proceso de transformación ha sido
el idioma con el que el escritor trabaja. Allí es donde radica su fortaleza, pues
“aparte de algunas costumbres ejecutadas de manera errática, su patrimonio es
el lenguaje” (Walcott, 1974, p.6)
19
. Lamming también lo reconoce cuando dice
que el “don de la lengua es el lazo más profundo y delicado de participación.
Puesto que posee un carácter irrevocable” (2010, p.183)
20
. Dicho de otra forma,
ambos piensan que el lenguaje es un modo de ser y vivir en el presente que, visto
a largo plazo, se erige en el camino hacia el potencial descubrimiento de nuevas
18 Africa may provide the caribbean writer with the myth of a stable ancestral past, but this exists only in distant
memory. He cannot really be de ned by images of a distant heroic past; only his immediate personal experien-
ces can be a dynamic subject for a relevant literature. It is often said that what the Caribbean writer does not
have, he has created in his literature, art and music. If these modes of cultural expression have any common
subject, it is the de nition of the Caribbean personality and experience (Gikandi, 1986, IV) (La traducción es
mía).
19 “What we have carried over, apart from a few desultorily performed customs, is language” (1974, p.6) (La
traducción es mía).
20 En el original de Michigan University Press: “This gift of language is the deepest and most delicate bond of
involvement” (Lamming, 2004, p.109). La traducción al español corresponde a María Teresa Ortega para la
edición de Casa de las Américas de 2010.
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identidades y modos de expresión. En Lamming estas futuras posibilidades de
exploración estética se expresan en una metáfora muy conocida:
Próspero le ha dado el lenguaje a Caliban y con ello una historia
tácita de consecuencias, una historia desconocida de intencio-
nes futuras. Este don del lenguaje no era en particular, el in-
glés, sino el discurso y el concepto como una forma, un método,
una vía necesaria hacia zonas del ser que no podían alcanzar-
se de ninguna otra forma. Es esta vía, la empresa enteramente
de Próspero, lo que hace a Caliban consciente de posibilidades.
(Lamming, 2010, 183)
21
Edward Kamau Brathwaite y George Lamming: el lenguaje en el centro del
proceso creativo
La cultura anglocaribeña es muy adaptable, y por eso las convenciones del inglés
han sido transformadas por el uso constante. En el caso de “la generación del
Windrush”, esto signi ca que, si bien el inglés tradicional es una in uencia inne-
gable, el estilo de cada autor construye una reescritura de dicha in uencia. Estos
modos nuevos edi can una historia intelectual y literaria hecha a partir de lo que
ha sido obliterado por la o cialidad del registro, el documento y el libro escolar.
Por eso, el acto de historiar en esta región no converge en un metadiscurso com-
pacto y homogéneo, sino que viene a ser recopilación diversa, hecha fragmento
a fragmento, y es justamente por su capacidad de reconstituir esos fragmentos a
partir de la imaginación y el testimonio, que lo literario, en especial el estilo, es
central en la visión ideológica de los autores del “Windrush”.
Una de estas formas de reconstrucción es la incorporación de giros lingüísticos
locales. Aunque la propuesta de Lamming hace un uso limitado de este tipo de
habla, logra traer a la escritura una expresión que la cultura o cial considera pri-
mitiva, y de ese modo, desafía la mítica superioridad “connatural” de la lengua y
la tradición inglesa. Nick Bentley opina lo siguiente al respeto:
21 En el original de Michigan Press: This gift of language meant no English, in particular, but speech as a concept,
as a way, a method, a necessary avenue towards areas of the self which could not be reached in any other way.
In this way, entirely Prospero’s enterprise, which makes Caliban aware of possibilities (Lamming, 2004, p.111).
Nota adicional: la traducción al español corresponde a María Teresa Ortega (Edición de Casa de las Américas,
2010).
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GEORGE LAMMING Y “VOCES DEL CARIBE”: DISCUSIONES EN TORNO A LA AUTONOMÍA
DE
LA LITERATURA ANGLOANTILLANA
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Para los escritores caribeños la manipulación de las formas lin-
güísticas es un medio importante para, por ejemplo, proclamar
su sentido de posicionamiento (o desplazamiento) y construir
una identidad distintiva en términos de una diferencia con res-
pecto a una construcción dominante de lo inglés. En los textos
literarios, esta alternativa es a menudo negociada a partir de la
manipulación de, y la experimentación con, el “inglés estándar”:
la función crucial del lenguaje como medio de poder demanda
que la escritura poscolonial se defina a sí misma apoderándose
del lenguaje del centro y reemplazándolo con un discurso total-
mente adaptado al lugar colonizado. (2005, p.75)
22
Según Bentley (2005), la experimentación con la voz popular trazó un camino
hacia el rompimiento con los prejuiciosos parámetros de “corrección lingüística”
tradicionales. Precisamente este es el estilo que los personajes de En el Castillo
de mi piel emplean como expresión de su propia identidad. Veamos un ejemplo
en el que las normas gramaticales han sido reemplazadas por formas más “colo-
quiales”, más auténticas en la caracterización de los hablantes. Al mismo tiempo,
las expresiones “correctas” aparecen entre paréntesis: “Old man: tis (This is) a
good year (to) come and gone since we feel those oods, an’ (and) I says (say)
to myself sittin’ (sitting) here” (Lamming, 2005, p.76)
23
. ¿Pero acaso este uso
del dialecto implica un posicionamiento ideológico con respecto al carácter de
la literatura angloantillana? La respuesta es sí, ya que el uso dialectal, además de
responder a una intención de representación realista, acorta la distancia entre el
autor y su comunidad de origen, entre el antillano-escritor-letrado y el personaje
iletrado-jornalero u obrero que su novela recrea. Al mismo tiempo, rompe con
los valores de lo “literario-bello-elegantemente dicho”, al darle uso estético al
habla vernácula de sectores tradicionalmente excluidos, subrepresentados o des-
dibujados por los estereotipos. Puesto que esta manipulación del lenguaje desafía
las suposiciones del colonizador sobre el colonizado, recurrir al habla “baja” de
22 As Ashcroft, Grifths and Tifn have argued, language is one of the key sites in which postcolonial writers
express their cultural distance from the literature of the colonizing power. Manipulation of linguistic forms
is an important means by which Caribbean writers, for ex-ample, proclaim their sense of place (and displace-
ment), and construct a distinct identity in terms of difference to a dominant construction of Englishness. In lite-
rary texts, this alternative is often negotiated through a manipulation of, and experimentation with, ‘Standard’
English: “The crucial function of language as a medium of power demands that post-colonial writing dene
itself by seizing the language of the centre and re-placing it in a discourse fully adapted to the colonized place
(La traduccción de arriba es mía).
23 Es curioso cómo la traducción de Ortega tiene di cultades para trasladar al español este registro popular. En la
“castiza” versión de Casa de las Américas dice: “Ya va para un año que tuvimos la crecida, y estaba diciéndome
ahorita aquí sentado que lo niños van a tener bastante que contarle a sus hijos” (Lamming, 1979, p.93).
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los trabajadores o campesinos constituye una subversión simbólica de la jerar-
quía social del discurso, pues la inversión categórica que supone contribuye,
desde lo simbólico, a la mayor visibilización de sujetos usualmente marginados.
También Edward Kamau Brathwaite señala las posibilidades estéticas del habla
angloantillana. Su literatura, que se caracteriza por un tono experimental, re eja
las modulaciones y ritmos que conforman la experiencia regional. De manera
similar a los anteriores escritores, parte de una situación histórica especí ca:
“No tenemos las sílabas, la inteligencia silábica, para describir el Huracán, que
es nuestra propia experiencia –dice– mientras que sí podemos describir la expe-
riencia ajena (…) Este es el tipo de situación en la que estamos” (2010, p.121).
En la búsqueda de esa nueva inteligencia silábica, el trabajo con el lenguaje pasa
al centro del proceso creativo. El escritor experimenta con formas expresivas
que le permitan crear nuevas poéticas. Pero a diferencia de Walcott, Brathwaite
considera que ese experimento, y lo que produce, no son simples actos aislados,
frutos de una personalidad artística, sino rasgos fundamentales de la experiencia
común anglocaribeña. Lo que él denomina como “lenguaje nación”, el vector
de tal experimentación, se fundamenta en criterios autónomos de enunciación y
sintaxis, surgidos de una oralidad popular en continua evolución. Esto, en su opi-
nión, explica el marcado tono conversacional, contrapuntístico, libre y de “im-
provisación popular” de la literatura del “Windrush” (2010, p.327)
24
.
Así que Brathwaite, al igual que Lamming, halla en lo vernáculo el germen de
una literatura auténticamente caribeña. En su opinión, el uso del habla coloquial
es una de las principales fuentes de inspiración del escritor anglocaribeño:
Creo que la lengua sí tiene un papel importante que jugar aquí en
el Caribe. Pero es un inglés que no es el inglés estándar, impor-
tado y culto, sino el de la sensibilidad y la experiencia surrealista
y sumergida, que siempre ha estado allí y que ahora está salien-
do cada vez más a la superficie, influyendo en la percepción de
la gente del Caribe contemporáneo. (Brathwaite, 2010, p.126)
25
24 “Folk form improvisation” (p.327) es la frase que se usa en el texto original. La idea corresponde al texto “Jazz
and the West Indian Novel” escrito en tres partes entre 1967 y 1968.
25 I think, however, that language does really have a role to play here, certainly in the Caribbean. But it is an
English which is not the standard, imported, educated English, but that of the submerged, surrealist experience
and sensibility, which has always been there and which is now increasingly coming to the surface and in uen-
cing the perception of contemporary Caribbean people (Brathwaite, 1984, p.465).
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V.S. Naipaul y el Caribe como mímica
Aunque coincida con Lamming, Walcott y Brathwaite al a rmar que la historia
en esta parte del mundo está marcada por el desarraigo, Vidiadhar Surajprasad
Naipaul se muestra escéptico al hablar de auténtica cultura surgida en el Caribe.
Para el autor, la única regla constante en la evolución de la región ha sido la
imitación burda del canon occidental. En su opinión, esta continua mímesis se
debe más a la incapacidad esencial de los nativos que a los siglos de esclavismo
e imposición colonial: “la historia de las islas caribeñas nunca podrá ser contada
de modo satisfactorio –dice– pues la historia se construye con base en el logro y
la creación y nada ha sido creado en las Antillas angloparlantes” (2010, p.48)
26
.
Es por esa manera de pensar que no podría pensarse en una gura más polémica
para la crítica. Si miramos su obra con ese lente, entonces la misma puede verse
como un Künstlerroman
27
“antillano”, que da voz al desencanto que el escritor
siente hacia el mundo decadente de sus orígenes.
Dicho de otro modo, el autor expresa una visión negativa de la literatura anglo-
caribeña, rebajándola a mero instrumento de la efervescencia nacionalista del
momento. En sus palabras, “para el iniciado, gran parte de la literatura angloan-
tillana tiene que ver mucho más con la guerra racial que con lo literario” (2010,
p.135)
28
. En ese sentido, una obra como La calle Miguel (1959) puede enten-
derse como una re exión sobre las di cultades del escritor para desarrollar su
vocación en un medio social poco apto para ello. Sin embargo, en ese punto, de
manera paradójica, la estructuración del protagonista de Naipaul engarza con la
tradición del héroe “negro” que tan duramente crítica, iniciada por Minty Alley y
retomada, décadas más tarde, por En el castillo de mi piel. Bien mirado, La calle
Miguel y En el castillo de mi piel, más que narraciones aisladas, integran una
extensa novelística autobiográ ca, enfocada en los difíciles orígenes del artista
angloantillano.
Uno de los rasgos de dicha novelística es el retrato de una sociedad mezquina,
con ictiva y culturalmente empobrecida, que genera en el escritor-personaje un
profundo sentimiento de antipatía. Dicho de otra forma, La calle Miguel y En
26 “The history of the islands can never be satisfactorily told. Brutality is not the only dif culty, history is built
around achievement and creation and nothing was created in the West Indies” (La traducción es mía).
27 Literalmente, “Retrato del artista”.
28 “To the initiated one whole side of west Indians writing has little to do with literature, and much to to do with
the race war” (La traduccion es mía).
MARCELO JOSÉ CABARCAS ORTEGA
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el castillo de mi piel, coinciden en el abordaje de un mundo victimizado por
la enajenación, la violencia y el exilio. Ambas describen el caos espiritual y el
atraso material de sociedades que provienen de legados trasplantados y desdi-
bujados, reconstituidos a la fuerza lejos de sus fuentes primarias. Es justamente
en esos escenarios sórdidos, donde cualquier forma de creatividad o inventiva
ha sido sujeta al lucro voraz y a unas rígidas jerarquías sociales y raciales, que
surgen los entramados de sus narrativas. Irónicamente, mientras en Lamming el
constante con icto con esta realidad opresiva desemboca en una búsqueda de la
autoa rmación, en Naipaul se traduce en un apego estricto a la tradición europea
dominante. De ahí sus a rmaciones sobre la falta de genuina cultura en el Caribe.
Al respecto, nada es más diciente que las palabras con las que recuerda su natal
Trinidad: “No había parámetros propios. En el re namiento del comportamiento,
como en la arquitectura, todo fue dejado al capricho del individuo. En la sociedad
inmigrante, las memorias se debilitaron, así que no había una guía para el buen
gusto” (Naipaul, 2010, p.110)
29
.
A manera de conclusión: la generación del “Windrush” o cómo cuestionar el
colonialismo desde los universos ccionales
Como se ha venido a rmando a lo largo de estas páginas, a partir de los cincuen-
ta, con la llamada “generación del Windrush”, los escritores del Caribe de habla
inglesa empiezan a preocuparse por la representación adecuada del universo de
prácticas, símbolos e imaginarios del cual provienen, lo cual da fuerza al argu-
mento de que su ensayística, novelística y poesía marcan el inicio de un proceso
de maduración, tanto intelectual como creativo. Ahora bien, si lo anterior se re-
visa a la luz de lo especí camente ideológico, entonces podemos remarcar como
sobresalientes dos aspectos puntuales de su trabajo: el primero es su crítica a las
jerarquías culturales del sistema colonial, y el segundo es el desenmascaramiento
de las dominaciones resultantes de este sistema. De hecho, si se examinan con
cuidado las opiniones de Lamming, Walcott y Brathwaite sobre la producción
literaria surgida durante ese momento, se capta un deseo de pensarla de modo
más original, de reconocerle a esta escritura joven más autonomía cultural, so-
cial y política de la que generalmente se le concede. Sin embargo, el contrapeso
hecho por voces como las de Naipaul nos recuerda hasta qué punto todavía es
difícil pensar lúcidamente en el Caribe y sobre el Caribe sin encallar en el sedi-
29 “There were no local standards. In the re nements of behavior, as in architecture, everything was left to the
caprices of the individual. In the inmigrant society, memories grow dim, there was no guiding taste” (La traduc-
ción de arriba es mía).
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GEORGE LAMMING Y “VOCES DEL CARIBE”: DISCUSIONES EN TORNO A LA AUTONOMÍA
DE
LA LITERATURA ANGLOANTILLANA
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mento de prejuicios acumulados en el decurso de su historia. Con todo, a pesar
del entusiasmo o la suspicacia que pueda haber en la posición particular de cada
autor, del per l de las facciones envueltas en el debate expuesto anteriormente,
esta ensayística, narrativa y lírica constituyen una forma de pensamiento crítico
que re exiona seriamente sobre las identidades culturales angloantillanas con-
temporáneas.
Al nal, aunque sea cierto que Lamming, Walcott, Brathwaite y Naipaul, al igual
que muchos otros que no se mencionan aquí, parten de perspectivas originales,
en cierta forma divergentes, todos concuerdan en posicionar factores como la
etnicidad, la clase, la política colonial y la lucha entre continuidad y transforma-
ción como ejes analíticos de su contexto respectivo. Por eso para el investigador
en la materia resulta fundamental aproximarse a las maneras en que estos artis-
tas deconstruyen y cuestionan dichos factores desde su labor escritural, pues la
misma todavía ofrece maneras novedosas y útiles de entender subjetividades,
dinámicas de interacción grupal e identidades culturales sujetas a profundas con-
tradicciones. Por otro lado, también resulta cierto que rastrear el origen y alcance
de estas perspectivas permite trazar con mayor exactitud un mapa intelectual
caribeño, que en su mayor parte todavía sigue inexplorado. Si las cosas son de
este modo, se puede sostener, a manera de cierre, que lo que el debate sobre la
literatura caribeña lega a la academia contemporánea es un modo de interrogar,
cuestionar y describir dinámicas históricas de alienación y desposesión que se
insertan en el entramado discursivo de su cción y ensayística. Por supuesto,
de esta re exión se desprenden posibilidades futuras. Lo que digo es que, por
un lado, sería interesante hacer un análisis más profundo de las relaciones de
Lamming, Walcott y Brathwaite con otros escritores, también pertenecientes a
las Antillas angloparlantes, que son poco reconocidos más allá de los círculos es-
pecializados de estudio. Hablo de nombres fundamentales para la narrativa cari-
beña como Sam Selvon, Edgar Mittelholzer y Wilson Harris, cuya labor, aunque
valiosa, continúa obliterada para quienes habitamos otras latitudes del Caribe
más amplio. Por otro lado, sería de gran bene cio detenerse a analizar los víncu-
los de los individuos ya mencionados con creadores que, desde puntos distantes
en lo geográ co y lo lingüístico, también están repensando, para ese momento,
las complejidades de su propio núcleo cultural afroantillano. Vienen a la mente,
como es obvio, Fanon y Césaire, más especí camente, sus respectivas críticas a
la esencialización de la experiencia negra caribeña ejecutada desde los regímenes
epistémicos etnocéntricos, una labor prometeica que avanza paralela a la que el
“Windrush” acomete desde su orilla angloparlante. Por propósitos de espacio,
MARCELO JOSÉ CABARCAS ORTEGA
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tales posibilidades no han sido desarrolladas en este trabajo, sin embargo, la per-
tinencia de seguir ahondando en las ricas interrelaciones que avizoran, continúa
siendo una verdad incuestionable.
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Cómo citar este artículo: Cabarcas Ortega, M. (2017). George Lamming y “Voces
del Caribe”: discusiones en torno a la autonomía de la literatura angloantillana. Cua-
dernos de Literatura, (25), 131-153. DOI: http://dx.doi.org/10.15648/cl.25.2017.8
MARCELO JOSÉ CABARCAS ORTEGA
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