Vol. 6 Núm. 18 (2011)

Revista Historia Caribe 18

EDITORIAL

Variedad de artículos, diversidad de temas, predominan en el contenido del presente número de Historia Caribe. Marina Cortes y Oliva Gargello analizan el pensamiento liberal del intelectual Manuel Fernández de Juncos, quien desde el periódico El Buscapies fue definiendo su posición política ante el colonialismo español del siglo XIX, la formación nacional y la autonomía de Puerto Rico, la isla más pequeña de las Antillas grandes.

En esa misma dirección se dirigen los artículos de José Carlos Brandi Aleixo y Jorge Conde Calderón y Luis Alarcón Meneses, quienes plantean el problema de los intelectuales y su posición respecto a temas relacionados con la construcción nacional o la formación republicana. En el caso de Brandi, el ensayista Antonio de Fontoura le sirve de punto de referencia para examinar la trayectoria de un intelectual que se desempeñó como diplomático de Brasil, con una fecunda vida literaria y simpatizante de las ideas republicanas. Sobre estas últimas, Conde y Alarcón intentan una primera aproximación en el caso colombiano examinando el significado y las connotaciones de república y republicanismo desde el momento de la Independencia hasta la crisis de la Grancolombia. En su artículo aparece como paradigmático el caso del intelectual antioqueño José María Salazar y su propuesta de un sistema político republicano ante la crisis del proyecto bolivariano.

Dos artículos con una temática próxima son los de José Wilson Márquez Estrada y Orlando Villanueva Martínez. El primero con Control Social y Construcción de Estado. El Código Penal de 1837 y su influencia en la legislación criminal del Estado Soberano de Bolívar: 1870-1880, dirige su atención a las normas de carácter punitivo elaboradas en la época en que la nación colombiana inicia el difícil proceso de construcción estatal. La segunda parte del artículo presenta las formas adoptadas por la aplicación de esas normas en el caso concreto de las transgresiones ocurridas en el Estado de Bolívar. Por su parte, Villanueva en Antisociales, alias y vida cotidiana en Bogotá rastrea la actividad delictiva durante 1963 para no solo cuantificarla sino también para señalar los factores que pudieron incidir en el aumento de la criminalidad a partir de ese año.

El articulo de Hernando Castro Vargas, Influencia y control político en la renta de licores del departamento del Atlántico, mantiene a los lectores 6 Revista Historia Caribe en el siglo XX. En este caso se analiza una empresa pública que por efecto de la política tuvo manejo privado, sirvió para propósitos electorales y sus finanzas tuvieron un manejo errático como consecuencia del control clientelista que sobre ella se ejerció. El surgimiento y manejo de otro negocio es examinado en Raíces de la agroindustria en el Huila de Alberto Ducuara Manrique, quien analiza el desarrollo industrial del departamento del Huila a partir del cultivo y procesamiento del arroz. El autor muestra como alrededor de este cereal se abre paso un incipiente desarrollo regional, se estructura un conglomerado empresarial y comienza a ensancharse el mercado interno. Si se trata de mercados, el financiero en la Barranquilla que transita de los siglos XIX al XX, es analizado por Tomás Caballero Truyol en Créditos, monedas, comerciantes y prestamistas. En él, Caballero describe los actores locales y extranjeros que participaban en los juegos del intercambio, los instrumentos comerciales y financieros empleados con el fin de irradiar con créditos las diferentes actividades de una economía barranquillera que empezaba a experimentar los movimientos del capitalismo comercial.

Vicenta Raga Rosaleny adentra al lector en las problemática conceptual de la disciplina histórica y su pretensión de objetividad. De la Historia a las Historias: sobre un posible debate entre Koselleck y White remite a las deudas intelectuales de dos “teóricos” con respecto al pensamiento de Federico Nietzsche. La faena es todo un reto, la cual Raga debe enfrentar en un medio como el de la historiografía colombiana, poco dada a disquisiciones teóricas.

La transcripción y presentación de la Declaración de Independencia de Haití (1804) realizada por Armando Martínez Garnica, obliga a la revisión de muchos temas sobre la influencia del fenómeno haitiano en la lucha de Independencia neogranadina o colombiana. La lectura de este documento deja en claro que cuando un actor del proceso independentista neogranadino en una proclama, pasquín u otro impreso señalaba que aquí pasaría lo mismo que en Guarico o Saint Dominique (luego Haití), tenía otro propósito diferente, alejado totalmente del modelo insurreccional haitiano, que tanto ha cautivado e intentado emplear cierta historiografía anglosajona cuando estudia las provincias del Caribe neogranadino. La gran diferencia con “la revolución negra” haitiana es que ella no condujo a la constitución de la república como forma de gobierno mientras que en éste fue el sistema político adoptado por los criollos neogranadinos desde 1810.

Publicado: 2012-03-08