Sección: Artículos
Publicado: 2022-01-01

Gramsci y sus claves para explicar el Estado en la actualidad

Gramsci and his keys to explain the State today

Gramsci et ses clés pour expliquer l'État aujourd'hui

Gramsci e le sue chiavi per spiegare lo Stato oggi

Gramsci e suas chaves para explicar o Estado hoje

  • Odín Ávila Rojas Universidad del Cauca https://orcid.org/0000-0002-6360-283X

    Doctorado en Ciencias Sociales, Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, Departamento de Ciencia Política. Calle 5 Nº 4-70, Popayán, Cauca, Colombia. odinavila@unicauca.edu.co/avilaodin@gmail.com

Palabras clave: (en) State, politics, Gramsci, culture, intellectuals
Palabras clave: (es) Estado, política, Gramsci, cultura, intelectuales
Palabras clave: (fr) État, politique, Gramsci, culture, intellectuels
Palabras clave: (pt) Estado, política, Gramsci, cultura, intelectuais
Palabras clave: (it) Stato, politica, Gramsci, cultura, intellettuali

El presente artículo busca reflexionar sobre el pensamiento marxista de Antonio Gramsci centrado en el concepto de Estado en la actualidad a partir de un análisis documental sobre textos básicos y relacionados son el debate del Estado en la actualidad. Gracias a esta técnica documental se destaca que el pensamiento de Gramsci es actual, porque explica que el Estado es una forma social y política no predeterminada y en continua construcción en la que participan las diversas clases, sectores, grupos y sujetos. De ahí, que se realiza una reflexión que recupera al pensamiento gramsciano en la actualidad y que aporta herramientas para analizar de manera crítica la ciencia política desde una visión que parte del hecho que lo estatal no únicamente corresponde a la configuración institucional, sino también a la organización de lo social. Además, se han escrito en los últimos años pocos análisis sobre este tema en las revistas indexadas.

This article seeks to reflect on the Marxist thought of Antonio Gramsci focused on the concept of State today from a documentary analysis of basic and related texts are the debate on the State today. Thanks to this documentary technique, it is highlighted that Gramsci's thought is current, because he explains that the State is a social and political form that is not predetermined and in continuous construction in which the various classes, sectors, groups and subjects participate. Hence, a reflection is carried out that recovers Gramscian thought today and that provides tools to critically analyze political science from a vision that starts from the fact that the state not only corresponds to the institutional configuration, but also to the organization of the social. In addition, few analyzes have been written on this topic in the indexed journals in recent years.

Cet article vise à réfléchir sur la pensée marxiste d'Antonio Gramsci centrée sur le concept d'État aujourd'hui à partir d'une analyse documentaire des textes de base et liés au débat sur l'État d'aujourd'hui. Grâce à cette technique documentaire, il est mis en évidence que la pensée de Gramsci est actuelle, car il explique que l'État est une forme sociale et politique non prédéterminée et en construction continue à laquelle participent les différentes classes, secteurs, groupes et sujets. Par conséquent, une réflexion est menée qui récupère la pensée Gramscienne aujourd'hui et qui fournit des outils pour analyser de manière critique la science politique à partir d'une vision qui part du fait que l'État correspond non seulement à la configuration institutionnelle, mais aussi à l'organisation du social. De plus, peu d'analyses ont été écrites sur ce sujet dans les revues indexées ces dernières années.

Questo articolo cerca di riflettere sul pensiero marxista di Antonio Gramsci incentrato sul concetto di Stato oggi da un'analisi documentaria dei testi fondamentali e relativi sono il dibattito sullo Stato oggi. Grazie a questa tecnica documentaria si evidenzia che il pensiero di Gramsci è attuale, perché spiega che lo Stato è una forma sociale e politica non predeterminata e in continua costruzione a cui partecipano le varie classi, settori, gruppi e soggetti. Si compie quindi una riflessione che recupera il pensiero Gramsciano oggi e che fornisce strumenti per analizzare criticamente le scienze politiche a partire da una visione che parte dal fatto che lo Stato non corrisponde solo alla configurazione istituzionale, ma anche all'organizzazione del sociale. Inoltre, poche analisi sono state scritte su questo argomento nelle riviste indicizzate negli ultimi anni.

Este artigo busca refletir sobre o pensamento marxista de Antonio Gramsci voltado para o conceito de Estado na atualidade a partir de uma análise documental de textos básicos e correlatos ao debate sobre o Estado na atualidade. Graças a essa técnica documental, destaca-se que o pensamento de Gramsci é atual, pois explica que o Estado é uma forma social e política não predeterminada e em contínua construção da qual participam as diversas classes, setores, grupos e sujeitos. Assim, realiza-se uma reflexão que recupera o pensamento gramsciano de hoje e fornece ferramentas para analisar criticamente a ciência política a partir de uma visão que parte do fato de que o Estado não corresponde apenas à configuração institucional, mas também à organização do social. Além disso, poucas análises foram escritas sobre esse tema nos periódicos indexados nos últimos anos.

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Cómo citar
Ávila Rojas, O. (2022). Gramsci y sus claves para explicar el Estado en la actualidad. Collectivus, Revista de Ciencias Sociales, 9(1), 51-94. https://doi.org/10.15648/Collectivus.vol9num1.2022.3349

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Gramsci y sus claves para explicar el Estado en la actualidad1

Gramsci and his keys to explain the State today



Odín Ávila Rojas*

https://orcid.org/0000-0002-6360-283X

1 La reflexión y elaboración de este artículo es parte del proyecto de investigación llamado: “Subalternidad en Maquiavelo y Gramsci. Claves para explicar la política actual en América Latina”. Proyecto en curso en el 2022 a mi cargo como director y profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad del Cauca. Id. Con el ID. 5795 otorgado por la Vicerrectoría de Investigaciones de la misma institución.

* Doctorado en Ciencias Sociales, Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, Departamento de Ciencia Política. Calle 5 Nº 4-70, Popayán, Cauca, Colombia. odinavila@unicauca.edu.co/avilaodin@gmail.com

Resumen

El presente artículo busca reflexionar sobre el pensamiento marxista de Antonio Gramsci centrado en el concepto de Estado en la actualidad a partir de un análisis documental sobre textos básicos y relacionados son el debate del Estado en la actualidad. Gracias a esta técnica documental se destaca que el pensamiento de Gramsci es actual, porque explica que el Estado es una forma social y política no predeterminada y en continua construcción en la que participan las diversas clases, sectores, grupos y sujetos. De ahí, que se realiza una reflexión que recupera al pensamiento gramsciano en la actualidad y que aporta herramientas para analizar de manera crítica la ciencia política desde una visión que parte del hecho que lo estatal no únicamente corresponde a la configuración institucional, sino también a la organización de lo social. Además, se han escrito en los últimos años pocos análisis sobre este tema en las revistas indexadas.

Palabras clave: Estado, política, Gramsci, cultura, intelectuales.

Abstract

This article seeks to reflect on the Marxist thought of Antonio Gramsci focused on the concept of State today from a documentary analysis of basic and related texts are the debate on the State today. Thanks to this documentary technique, it is highlighted that Gramsci's thought is current, because he explains that the State is a social and political form that is not predetermined and in continuous construction in which the various classes, sectors, groups and subjects participate. Hence, a reflection is carried out that recovers Gramscian thought today and that provides tools to critically analyze political science from a vision that starts from the fact that the state not only corresponds to the institutional configuration, but also to the organization of the social. In addition, few analyzes have been written on this topic in the indexed journals in recent years.

Keywords: State, politics, Gramsci, culture, intellectuals.

Gramsci et ses clés pour expliquer l'État aujourd'hui

Résumé

Cet article vise à réfléchir sur la pensée marxiste d'Antonio Gramsci centrée sur le concept d'État aujourd'hui à partir d'une analyse documentaire des textes de base et liés au débat sur l'État d'aujourd'hui. Grâce à cette technique documentaire, il est mis en évidence que la pensée de Gramsci est actuelle, car il explique que l'État est une forme sociale et politique non prédéterminée et en construction continue à laquelle participent les différentes classes, secteurs, groupes et sujets. Par conséquent, une réflexion est menée qui récupère la pensée Gramscienne aujourd'hui et qui fournit des outils pour analyser de manière critique la science politique à partir d'une vision qui part du fait que l'État correspond non seulement à la configuration institutionnelle, mais aussi à l'organisation du social. De plus, peu d'analyses ont été écrites sur ce sujet dans les revues indexées ces dernières années.

Mots-clés : État, politique, Gramsci, culture, intellectuels.

Gramsci e suas chaves para explicar o Estado hoje

Resumo

Este artigo busca refletir sobre o pensamento marxista de Antonio Gramsci voltado para o conceito de Estado na atualidade a partir de uma análise documental de textos básicos e correlatos ao debate sobre o Estado na atualidade. Graças a essa técnica documental, destaca-se que o pensamento de Gramsci é atual, pois explica que o Estado é uma forma social e política não predeterminada e em contínua construção da qual participam as diversas classes, setores, grupos e sujeitos. Assim, realiza-se uma reflexão que recupera o pensamento gramsciano de hoje e fornece ferramentas para analisar criticamente a ciência política a partir de uma visão que parte do fato de que o Estado não corresponde apenas à configuração institucional, mas também à organização do social. Além disso, poucas análises foram escritas sobre esse tema nos periódicos indexados nos últimos anos.

Palavras-chave: Estado, política, Gramsci, cultura, intelectuais.

1. Introducción

El presente texto tiene como objetivo realizar una reflexión sobre el concepto de Estado que planteó Antonio Gramsci, el cual fue uno de los pensadores marxistas y críticos más importantes del siglo XX, dejando huella en la producción teórica de las ciencias sociales en la actualidad, porque su reflexión política a pesar de corresponder a un momento y condiciones históricas específicas como fueron una Italia atravesada por el fascismo, la llegada de la industrialización y la modernidad a principios de la pasada centuria, tiene diversos elementos que permiten explicar los procesos sociales y relaciones de poder que influyen en la formación del Estado moderno en los distintos casos de países de América Latina y hasta del resto del mundo en el siglo XXI.

Hay que señalar, que uno de los problemas claves de la teoría política es el análisis del Estado moderno y su formación histórica y social. En respuesta a esta cuestión Gramsci buscó plantear que el Estado moderno no es una abstracción separada de la historia y la sociedad, porque es producto de la voluntad colectiva de la misma humanidad Gramsci (2018a) por tanto, no es ajena a ella, así como su organización deriva de la disputa por un tipo de nuevo príncipe moderno (Estado), cuyo resultado es la voluntad colectiva. Aunque en los actuales tiempos dicho príncipe ha sido fragmentado y debilitado por el neoliberalismo para abrir el camino a la formación histórica, política y social de un modelo de Estado fallido y con una comunidad ilusoria como han analizado diversos autores de la tradición gramsciana latinoamericana (Borón, 2007; Laclau, 2005; Roux 2005; 2011; Tapia, 2013; Zavaleta, 1989).

El pensador italiano para explicar su idea sobre el Estado, recupera la metáfora de otro gran clásico de la literatura política Nicolás Maquiavelo, quien postula que el advenimiento de la política moderna es un tipo de príncipe que se organiza con base en la voluntad del pueblo y no de una persona, familia o realeza. En el libro El Príncipe, Maquiavelo (1993), el pensador renacentista, explica que la generación del poder y la toma de decisiones se encuentra en la política moderna fundamentada en mitos colectivos y no en creencias divinas impuestas de manera arbitraria. Como dice Roux (2011) con relación a la interpretación gramsciana sobre Maquiavelo, la voluntad del Estado moderno, que es la del príncipe moderno, “no es una asociación natural o un epifenómeno de la economía, sino un artificio humano” (p. 12).

Gramsci expresa que la voluntad colectiva es el resultado de las fuerzas, acciones y motivaciones de una multiplicidad de sujetos que buscan definir el destino del poder político. Por tanto, en este trabajo se propone interpretar la obra del pensador italiano desde una mirada que recupere la concepción que este planteó sobre el Estado como eje de su teorización política. Una visión que explica al Estado como un campo de disputa en continua transformación y construcción, al igual que en dicho proceso diversos sujetos participan en la definición de su forma social y política.

Se hace necesario explicar que la visión de este pensador, se separó del economicismo marxista que únicamente entendía al Estado con base en las relaciones de producción e intercambio. Por otra parte, su concepción cuestionó el contractualismo roussoniano que dominaba la mentalidad de los teóricos políticos de la época y que centraban su interés en explicar la unidad estatal como producto de un pacto entre hombres que se expresó de manera simbólica en algún momento de la historia, sin tener claridad, ni especificidad sobre dicho acontecimiento Rousseau (2012). Además, manifestó que lo estatal corresponde a un proceso complejo que no se limita a un instrumentalismo y funciones administrativas o al reduccionismo del manejo gubernamental como ha sucedido en la actualidad con los modelos neoliberales derivados del Nuevo Manejo Público. Por ejemplo, en el contexto del siglo XXI dicho modelo ha logrado minimizar la función e intervención pública estatal y sustituirla por un manejo privado de los asuntos comunes. Escobar (2019).

De ahí que Gramsci comprende los conceptos de Estado, hegemonía, bloque histórico, crisis, recomposición de clases, clases subalternas y, en general la misma idea de política en contextos definidos tanto por las contradicciones del desarrollo capitalista y el avance del fascismo en Europa como a partir de un análisis histórico, cultural, y filosófico que recupera las múltiples dimensiones de la vida social. Además, es importante mencionar que este pensador italiano hace una lectura de la política y el Estado a partir de una mirada que recupera la idea de forma social de la tradición hegeliana-marxista con un ojo centrado en la dinámica de las relaciones de poder y otro en la construcción de las realidades particulares y su impacto con los procesos nacionales y hasta mundiales.

Precisamente, cada uno de los conceptos políticos propuestos por Gramsci se encuentran articulados entre sí, es decir, no pueden explicarse de manera aislada o separada. Para este pensador existe una relación estrecha entre los procesos de abstracción del fenómeno con la praxis y el papel histórico de quienes participan en éstos mismos. Su sentido intelectual también lo hace orgánico, porque permite formular postulados que sirven de un punto teórico de enclave con diversas tradiciones filosóficas humanas, las cuales van desde la visión marxista hasta corrientes opuestas a esta.

Por lo anterior, este trabajo centra su reflexión en torno al concepto del Estado que está presente en la teorización y formulación orgánica gramsciana. El postulado que se sostiene en este trabajo es que la idea marxista-gramsciana sobre el Estado tiene vigencia, porque es una concepción pensada en el conflicto, la disputa y las condiciones de un capitalismo que se reproduce a partir de las crisis económicas y no tanto en las relaciones productivas como sucedió en siglos anteriores. En este sentido es importante explicar que el capitalismo para su reproducción cada vez, necesita menos de la explotación humana presencial y se orienta más al dominio y mercado de tecnologías que sustituyan a los individuos e incluso colectividades completas que no se adaptan o sean útiles a la virtualidad en el trabajo.

Con esto, las fábricas, las instituciones financieras y las empresas trasnacionales se quedan subordinadas a procesos más complejos como la expansión capitalista guiada por la virtualidad y la inteligencia artificial, cuyo uso político y social de las pandemias contribuyen, en gran medida a la restructuración de las relaciones económicas en este sentido. Por ello surge la pregunta central de este texto que consiste en ¿cómo se define el Estado desde la concepción gramsciana en la actualidad? La argumentación se divide de la siguiente manera: 1. Metodología; 2. Algunas notas sobre el contexto histórico y fuentes que inspiraron la teorización gramsciana sobre el Estado; 3. El mito-estatal y la concepción de la política; 4. Subalternidades, Hegemonía y Estado, y finalmente; 5. A manera de conclusiones: la vigencia de Gramsci.

2. Metodología

El enfoque que se usa en este trabajo es interdisciplinario entre la teoría política, la filosofía y la historia. La interpretación que se hace sobre Gramsci es fundamentada con base en la idea que el autor fue un marxista heterodoxo, porque su proceso de teorización quedó continuamente abierto a la articulación con distintas formas de pensamiento como aquellas identificadas con la postura crítica latinoamericana contemporánea que considera los debates sobre persistencia colonial y liberación desde las condiciones subalternas de la diversidad cultural, étnica-racial y de clase Ávila (2017). Incluso la formulación de postulados de este autor italiano provenía de teóricos clásicos modernos como Maquiavelo que históricamente han sido marginados por la izquierda marxista y los debates sobre movimientos sociales.

Por eso, es importante explicar que la interpretación que se aplicó sobre la obra gramsciana siguió un criterio metodológico heurístico y hermenéutico en el que se revisaron 32 referencias teóricas, históricas y contextuales actuales. Como parte de las herramientas heurísticas usadas fueron la elaboración de tres cuadros que permiten identificar la relación entre los tipos de referencias, accesibilidad y temporalidad. Con respecto, a los tipos de referencia se usaron en la pesquisa: 5 artículos especializados, 4 capítulos de libros, y 23 libros.

El tipo de accesibilidad sobre las fuentes fue impresa, virtual y electrónica. En el primer caso se accedió a 28 textos publicados nacional e internacionalmente y en el segundo se consultaron 4 textos electrónicos, pese a que en el análisis documental se realizan un conjunto de operaciones para trabajar diferentes tipos de textos (Hernández, Guerrero y Tobón, 2015), se delimitó la revisión a las siguientes plataforma de Internet: Scielo, Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal (Redalyc), Red de Bibliotecas del Consejo Latinoamericano de las Ciencias Sociales (CLACSO) e Jstor. A estas plataformas, hay que sumar las bibliotecas de la Universidad Nacional Autónoma de México, la Biblioteca del Carmen de la Universidad del Cauca y otros archivos y bases de datos físicas en México y Colombia.

La investigación documental consistió en una recopilación, análisis y sistematización de la información cualitativa (archivos, artículos especializados, libros y obras escritas por Gramsci y diversos textos relacionados con la temática). En esta pesquisa fue aplicado un criterio de temporalidad que se basó en la selección de aquellas ediciones y publicaciones más orientadas a traducciones e interpretaciones del concepto de Estado gramsciano de textos descriptivos o centrados únicamente en los trabajos de la época de comienzos del siglo XX. Por ello, fue delimitada la pesquisa en términos de temporalidad, entre 1969 a 2021, porque en estas décadas es que se dio un aumento marcado de producción intelectual sobre el tema.

3. Algunas notas sobre el contexto histórico y fuentes que inspiraron la teorización gramsciana sobre el Estado

Antonio Gramsci nació el 23 de enero de 1891, en la isla italiana de Cerdeña. Hijo de Francesco Gramsci (1860-1937) y Giuseppina Marcias (1861-1932). Ambos padres de origen humilde formaron la familia Gramsci en la que Antonio ocupó el cuarto sitio de siete hermanos, creció en condiciones personales físicas y anímicas difíciles al interior de un contexto complejo a nivel familiar, social, económico y político. Sin embargo, a pesar de estar supeditado a una situación de miseria y marginación por su origen sardo, logra vencer los obstáculos causados por ellas, gracias a su inteligencia, preparación intelectual y al papel activo que tuvo su participación política en el movimiento revolucionario contra el fascismo italiano y en general, en oposición al desarrollo del proyecto fascista en Europa.

Conforme el transcurso de los años, Gramsci consigue entrar a la Universidad de Turín, en la cual además de formarse intelectualmente en filosofía marxista, le permite tener una cercanía con aquellas organizaciones de tipo estudiantiles revolucionarias como la Federación Juvenil Socialista. Esta experiencia hizo que el pensador se uniera al Partido Socialista Italiano (PSI), cuya participación fue activa hasta el punto de crear una corriente ideológica política junto con “Amadeo Bordiga”2 y otros militantes marxistas. Más adelante, Gramsci y los integrantes de esta corriente rompen políticamente con el PSI para fundar en 1921, el Partido Comunista Italiano.

Para poder comprender la idea sobre el Estado de Gramsci es necesario conocer las condiciones y contexto en el cual se desarrolló su pensamiento, por eso mencionan los objetivos de la obra gramsciana de acuerdo al pensamiento de (Santana, 2000):

Encontrar las causas del fracaso del movimiento revolucionario y explicar, a su vez, los factores que propiciaron el ascenso del fascismo como fenómeno político de masas en la Italia de su tiempo. La necesidad de dar respuesta a éstas y otras cuestiones lo llevó por caminos poco transitados por la teoría marxista hasta ese momento. Al abordar problemas relativos al lugar y el papel de la ideología, de la tradición y las herencias culturales, del individuo y su consciencia cotidiana y de los intelectuales y su función social, el comunista italiano trazó pautas de significativa importancia para la teoría y la actividad práctica de todo movimiento revolucionario. (pp. 172-173)

Esta organicidad teórica gramsciana se nutrió con base en cuatro grandes fuentes del pensamiento político: a) la hegeliana; b) el marxismo; c) la crociana (la perspectiva de Bennedeto Croce), y d) la obra de Nicolás Maquiavelo. Cada una de estas tradiciones teóricas con sus respectivas diferencias entre sí, fueron interpretadas por Gramsci desde una óptica marxista cuestionadora de las lecturas economicistas y positivistas de la modernidad occidental. Por supuesto esto incluye también las lecturas dominantes ortodoxas hechas en esa época sobre Carlos Marx. En este sentido, el teórico italiano es un autor que vive y sufre las contradicciones del occidente europeo, por lo tanto, formula sus planteamientos de acuerdo a su condición intelectual marginal frente al desarrollo de la modernidad capitalista.

3.1. La fuente hegeliana

G.W. Hegel, considerado como uno de los grandes filósofos alemanes de la modernidad, quien es leído por Gramsci como aquel que plantea la unidad de la universalidad, es decir, quien propone grandes síntesis históricas frente a la totalidad de la realidad. También la teoría hegeliana representa para el intelectual italiano, un esfuerzo por explicar la lógica de la razón que hace al ser humano definirse, regular y manifestar su ser político en el desequilibrio entre el espíritu y la práctica en el desarrollo histórico de la modernidad.

Por ejemplo, si Hegel como dice Gramsci (1975) se plantea al “Estado como esa la realidad efectiva de la idea ética” (p. 244-245), entonces el pensador italiano propone dar concretización a esa idea en el campo de la filosofía de la praxis humana y social, con la finalidad de superar el desequilibrio y separación entre el espíritu crítico y la práctica. La perspectiva gramsciana traduce la concepción estatal hegeliana como un Estado integral que resulta de la sumatoria de la sociedad civil más la sociedad política. Esto parecería una simple ecuación, pero en realidad significa hablar del bloque histórico, el cual puede explicarse como el grado en que la esfera social existe hacia la esfera política-estatal, es decir, la manera en que se establecen las relaciones de la sociedad civil con el Estado.

Aquí la visión gramsciana sobre la filosofía hegeliana se orienta más al terreno de discusión marxista, porque según ella, coloca los procesos históricos en la realidad existente, en contraste al lugar de la imaginación idealista. Al respecto (Piñon, 1989), expone: “Gramsci, por lo tanto, comprende que la dialéctica de Hegel no es algo accidental, añadido al marxismo” (p.170).

3.2. La fuente marxista

Para Gramsci, el marxismo es su principal punto de partida teórico para discutir la filosofía de la praxis, en especial la lectura que hace sobre las Tesis de Feurbach elaboradas por Marx (1969). El pensador judío-alemán en este texto dice que “la vida social es, en esencia, práctica. Todos los misterios que descarrían la teoría hacia el misticismo, encuentran su solución racional en la práctica humana y en la comprensión de esa práctica”. Esta idea es proyectada por Gramsci para reflexionar sobre las vivencias humanas también como lugares de abstracción, en los cuales la teoría es el resultado de la practicidad de lo real. De tal forma, las actividades políticas y sociales pueden visualizarse como una oportunidad para aprender las diferentes dimensiones de la sociedad en su conjunto.

Aquí el pensador italiano recupera el lado activo del conocimiento que construye el ser humano como sujeto político, social e histórico. En oposición a la actitud pasiva, contemplativa y dominante de la filosofía hegeliana y aquella planteada por un materialismo mecanicista. La filosofía de la praxis que defiende Gramsci se fundamenta en la historicidad de los sujetos. Vale la pena señalar que esta cuestión es encontrada por Gramsci, tanto en Marx como en Hegel, porque ambos insisten en posicionar al ser humano como sujeto capaz de crear su propio conocimiento en la realidad histórica.

En Gramsci, no solo puede detectarse una lectura plural del pensamiento de Marx, la cual se interesa por ámbitos y problemáticas culturales, sociales, religiosas, lingüísticas, sino que se trata de comprender un tipo de marxismo menos ortodoxo y más epistémico. ¿Qué significa esto? Entender que el conocimiento no es puro, y mucho menos es una esfera aislada de la práctica política y social de los sujetos, porque más bien, depende del movimiento que construyen en medio de las contradicciones internas y externas que enfrentan ellos mismos. Por supuesto, dicha dinámica del sujeto se caracteriza por enfrentar estas contradicciones y antagonismos, al igual que aquellas estructuras y relaciones que limitan e incluso hasta impiden sus esfuerzos de realización política. Para el pensador italiano hay una pugna continua de la sociedad para redefinirse y darse forma política.

La preocupación gramsciana-marxista consiste entonces, en crear un análisis de las discontinuidades, crisis, continuidades y los momentos de ruptura que se producen entre las clases que dominan en un tiempo-espacio determinado y aquellas clases sociales subordinadas por el mando de estas. En comprensión de la clase social como una forma dinámica y no estática, en la que el mando y la obediencia no son lugares políticos fijos, ni tampoco aislados o separados uno del otro, al contrario, están en continua relación de conflicto y en determinados momentos llegan a establecer ciertos puntos de hegemonía para la legitimación del orden.

Gramsci, por eso, plantea al Estado como un campo de disputa hegemónica en el que cada sector, grupo, clase y sujetos de una sociedad participan en la redefinición de las fuerzas y relaciones políticas. Desde luego, esta concepción está basada en la teoría política de Marx, la cual entiende a grandes rasgos a la dimensión estatal como un proceso y terreno de lucha política-social en diversos sentidos.

3.3. La fuente crociana

Benedetto Croce”3 nacido en la región italiana de los abruzos, es considerado como uno de los filósofos e historiógrafos italianos más emblemáticos de la época (entre el siglo XIX y principios del XX) y una de las fuentes principales que nutrieron la teorización gramsciana. En este sentido, vale la pena preguntarse, ¿Croce qué representa para Gramsci?, es un autor que provoca profundas reflexiones en el teórico italiano marxista sobre la concepción de lo universal, de la historia, el Estado y en general, el materialismo histórico.

Pero también, Croce es el intelectual con quién Gramsci discute tanto las posiciones teóricas como políticas del momento. Los contenidos de estos debates se caracterizaban por plantear dicotomías como el reformismo-radicalidad, contrarrevolución-revolución; liberalismo-marxismo, el idealismo-materialismo histórico y el historicismo especulativo-filosofía de la praxis, entre otros tantos ejes centrales que despiertan una crítica de Gramsci a la filosofía de Croce.

La mirada histórica crociana para (Gramsci, 1975), es un diseño sin contradicciones de los procesos humanos. Además, esta idea tiende a marginar lo material y el análisis concreto de los sujetos en la historia. Por esta razón, el teórico italiano dice: “la filosofía de la praxis es la concepción historicista de la realidad que se ha liberado de todo residuo de trascendencia y de teología, aun en su última encarnación especulativa; el historicismo idealista crociano permanece aún en la fase teológico-especulativa” (p.191).

Y luego, explica (Gramsci, 1975):

La filosofía de la praxis criticará, por tanto, como indebida y arbitraria, la reducción de la historia a mera historia ética-política, pero no excluirá a ésta. La oposición entre el crocismo y la filosofía de la praxis debe buscarse en el carácter especulativo del crocismo. (p.189)

3.4. La obra de Nicolás Maquiavelo

A través de la historia, Maquiavelo ha sido un autor de la teoría política sujeto a muchas interpretaciones, dentro de las cuales, pueden destacarse la realizada por Gramsci, quien no mira en este pensador renacentista un simple consejero de las clases dominantes del siglo XVI, ni tampoco un autor de manuales para acceder al poder político, sino más bien, identifica a un importante intelectual que tuvo la capacidad de teorizar sobre las problemáticas y procesos de una nación que vive una crisis política. La cual, tiene enfrente el reto histórico de formación y organización de su respectiva voluntad colectiva. (Gramsci, 2018b).

Para Gramsci, Maquiavelo es un escritor de la acción práctica política que busca dar a conocer y explicar los elementos necesarios para la construcción de un Estado moderno en una nación con condiciones fragmentadas por diversas razones históricas con la finalidad de motivar o llamar a la movilización del pueblo. Ejemplo de ello, sin duda, es la obra El Príncipe en la cual Maquiavelo elabora un estudio riguroso desde la perspectiva de un hombre de acción, por medio del análisis histórico de la política.

Los anteriores párrafos, son resumidos por (Roux, 2011) de la siguiente manera:

La reflexión gramsciana sobre El Príncipe de Maquiavelo, que encontró en la obra del florentino no es un recetario de consejos para príncipes sino un manifiesto político dirigido al pueblo, apuntaba así al núcleo frágil y delicado implicado en la conformación de una relación estatal: el que deriva de que el Estado no es una asociación natural o un epifenómeno de la economía, sino un artificio humano. (p.3)

Cada una de estas fuentes mencionadas influyeron en mayor o menor medida la obra gramsciana. Una riqueza teórica que refleja el impacto y la discusión de las ideas de intelectuales como Rosa Luxemburgo, V. I. Lenin, Georges Sorel, entre otros. Además de procesos político-sociales como el caso de la Revolución Rusa.

4. El mito-estatal y el concepto de política

Según Gramsci, el mito es el eje ideológico fundador en la organización del Estado moderno. Esta idea es recuperada del libro Reflexiones sobre la violencia de Sorel (1976), en la cual se plantea a los mitos como medios o vías para incidir en la realidad, porque en ellos, se contiene la memoria, voluntades, deseos e imaginarios de la sociedad en términos colectivos. El teórico francés del sindicalismo revolucionario expresa: “una organización de imágenes capaces de evocar instintivamente todos los sentimientos que corresponden a las diversas manifestaciones de la guerra entablada por el socialismo contra la sociedad moderna” (p.129).

Para Sorel, la idea de mito se ubica en la acción práctica del sindicalismo y el movimiento de la voluntad colectiva. Por eso él, observa en la huelga general, no solo una estrategia de lucha política, sino además una actividad en la cual se vincula el mito con la dimensión ideológica de los hombres y mujeres. Gramsci retoma la concepción soreliana de mito-ideología para interpretarla no nada más en un sentido abstracto de la acción, sino también en la concretización de la organización política y social derivada de esta.

Gramsci teje esta idea soreliana del mito con aquella correspondiente a la fundación de un nuevo Estado, que está planteada en la obra El Príncipe con la finalidad de producir una concepción moderna de la política. Una lectura que, por cierto, en pleno siglo XXI llega a ser útil para explicar procesos de construcción de nuevos Estados, surgidos a partir de la lucha social; tal como acontece en Bolivia, una nación latinoamericana históricamente con una sociedad fragmentada y con profundas contradicciones en su gran mayoría debido a la expansión colonialista occidental.

Esta idea del moderno príncipe es expuesta por (Gramsci, 1975) de la siguiente manera:

El mito-príncipe, no puede ser una persona real, un individuo concreto; solo puede ser un organismo, un elemento de sociedad complejo en el cual comience a concretarse una voluntad colectiva reconocida y afirmada parcialmente en la acción. Este organismo ya ha sido dado por el desarrollo histórico y es el partido político: la primera célula en la que se resumen los gérmenes de la voluntad colectiva que tienden a devenir en universales y totales. En el mundo moderno solo una acción histórica- política inmediata e inminente, caracterizada por la necesidad de un procedimiento rápido y fulminante, puede encarnarse míticamente en un individuo concreto. (pp. 27-28)

Aquí Gramsci (1975) propone una lectura orgánica de Maquiavelo, mediante la cual plantea una concepción de “partido político”4 más amplia que la tradicional, por lo tanto, hace referencia a la producción de una organización política capaz de ser determinada por la constitución de la voluntad colectiva. Por esto, más adelante el teórico italiano expone: “la formación de una voluntad colectiva nacional-popular de la cual el moderno Príncipe es al mismo tiempo el organizador y la expresión activa y operante; la reforma intelectual moral, deberían constituir la estructura del trabajo”. (p.31)

El Príncipe como la organización de la voluntad colectiva o de las voluntades colectivas necesita en paralelo, acompañarse de un proyecto político que contenga la visión de Estado a la que pretende llegar, es decir, responda a la pregunta ¿cómo se materializa y puede hacerse operable la nueva idea estatal de redefinición de fuerzas políticas en emergencia? Precisamente Gramsci en sus Cuadernos de la Cárcel expresa una concepción sobre la política que no se limita a una mirada elitista de esta, sino más bien, es amplia, porque la entiende como un proceso amplio y complejo en el que las distintas clases sociales luchan por darle forma a una serie de prácticas y relaciones que desemboquen en una convivencia ética a nivel colectivo.

Por esa razón, la organización de la voluntad colectiva o el “príncipe moderno” se distinguen del resto de asociaciones humanas que buscan fines individuales, porque en contraste a éstas últimas, aquí hay una concepción de los principios y fines universales caracterizados por ser dirigidos hacia la esfera moral y ética del hombre. Gramsci entiende a la política como una actividad práctica capaz de fundar un nuevo orden o debilitar el viejo orden, es decir, las relaciones de mando-obediencia son desarrolladas y se ponen en disputa cotidiana dentro de las distintas esferas del desarrollo humano. En la noción sobre el Príncipe moderno, Gramsci recupera la relación primordial e íntima que existe entre política e ideología.

La ideología es entendida por Gramsci (2018c) como una visión del mundo que tiene un papel activo en la transformación o conservación de la realidad social. Esta idea que expresa el teórico italiano, es extraída del texto Prólogo de la contribución a la crítica de la economía política de Marx (1974). Aquí el filósofo alemán a diferencia de otros textos suyos como La ideología alemana (1960) no se refiere a lo ideológico como falsa consciencia o ideología dominante, sino más bien expresa la función e incidencia de la dimensión ideológica en las condiciones materiales de existencia de los sujetos. Por lo tanto, quienes participan en las tensiones, pugnas y cualquier conflicto político y social no están exentos tanto de enfrentar un horizonte ideológico como de interpretarlo, asumirlo y adecuarlo a sus necesidades vitales.

En este sentido, Gramsci recupera la idea marxista de comprender la ideología como un proceso activo en la sociedad y que incide en la formación de la organización política de una sociedad. Una ideología puede llegarse a interpretar por los sujetos de un determinado grupo como proyecto político. Por esa razón, los aspectos ideológicos motivan u obstaculizan en mayor o menor grado el desarrollo de las fuerzas sociales en la lucha política en una nación.

En la parte de Notas sobre Maquiavelo, Gramsci expone dos niveles de politización: la gran política y la pequeña política. Ambos niveles constituyen el horizonte de la construcción del Estado, porque el primero refiere al establecimiento de reglas y estructuras que guiarán la práctica política de la esfera social. Mientras en el segundo nivel, se localizan los tiempos políticos de coyuntura y que se relacionan con la actividad cotidiana.

Más adelante menciona Gramsci (2018a) que gran política “comprende las cuestiones vinculadas con la función de nuevos Estados, con la lucha por la destrucción, la defensa, la conservación de determinadas estructuras orgánicas económico-sociales” (p.175). En este nivel es dónde se diseña la proyección política de una nación, es decir, hay una planeación intelectual de cómo debe hacerse la reorganización del Estado desde quienes están en un lugar de exclusión en la dirección del proceso hegemónico de un país. Por otro lado, la dimensión de la pequeña política es la práctica cotidiana y la manera cultural que se opera al interior nacional.

Como bien dice (Gramsci, 2018a):

La tentativa de excluir la gran política del ámbito interno de la vida estatal y de reducir todo a política pequeña (Giolitti, rebajando el nivel de las luchas internas hacía gran política; pero sus víctimas eran objeto de una gran política, haciendo ellos una política pequeña). Es propio de diletantes [aficionados], en cambio, plantear la cuestión de una manera tal que cada elemento de pequeña política deba necesariamente convertirse en problema de gran política, de reorganización radical del Estado. (p.175)

Entonces, para Gramsci, la política es una relación necesaria en el proceso de la hegemonía, en la cual, hay una participación de las distintas partes de la sociedad por medio de prácticas, creencias e ideas sobre el mundo, la realidad misma y en especial su nación. Todo esto entra en tensión y conflicto continuo y por supuesto, hay un choque entre proyectos políticos que representan, por lo menos discursivamente, distintas ideas de pensar la nación y la dirección política para edificar un Estado en un mismo país.

5. Subalternidades y Estado

Gramsci plantea una concepción del Estado en términos integrales, en la cual se considera la intervención conjunta de la sociedad en la disputa política, es decir, no solo las clases dominantes tienen un papel activo, sino también las clases, sectores y grupos subalternos participan como sujetos políticos constructores del proceso hegemónico de una nación. El Estado es un fenómeno procesual e histórico que obedece al entrecruzamiento de múltiples sujetos colectivos e individuales en un territorio específico y tiempo de larga duración.

La visión gramsciana coloca al Estado como un proceso denso que tiende a definirse continuamente en cada ámbito cultural, religioso, ideológico y por supuesto, político de la sociedad. La dimensión estatal se ubica en el transcurso de la temporalidad profunda y abigarrada, porque los sujetos que acontecen en esta se desarrollan en distintos ritmos, velocidades y comprenden la territorialidad y espacialidad no siempre de la misma manera, aunque en determinados momentos históricos llegan a encontrarse o desencontrarse, unidad o ruptura, para pugnar en el campo de la política por aquellos asuntos comunes. Incluso, hay que mencionar que también influye la virtualidad como nueva territorialidad y espacialidad en la que se lucha por definir las relaciones estatales hoy.

Por esta razón, (Gramsci, 1980) plantea que “la unidad histórica de las clases dirigentes se produce en el Estado, y la historia de esas clases es esencialmente la historia de los Estados y de los grupos de Estados” (p.249). Luego, este mismo autor en el mismo texto menciona que:

No hay que creer que esa unidad sea puramente jurídica y política, aunque también esta forma de unidad tiene su importancia y no es solamente formal: la unidad histórica fundamental por su concreción es el resultado de las relaciones orgánicas entre el Estado o sociedad política y la sociedad civil. (Gramsci, 1980, p. 249)

En este párrafo Gramsci explica que el Estado no es una cosa, ni tampoco se limita a la organización dominante de una clase específica sobre el resto de la totalidad social. La teoría gramsciana trata de decir que la organicidad de la dimensión estatal de una sociedad es tejida por procesos y prácticas culturales, religiosas y en general expresadas en cualquier ámbito de la vida humana. De esta manera, las claves políticas de lo estatal están en la cultura y en la historia de los sujetos subalternos que constituyen a la esfera social.

Para Gramsci (1980):

Las clases subalternas, por definición, no se han unificado y no pueden unificarse mientras no puedan convertirse en "Estado": su historia, por tanto, está entrelazada con la de la sociedad civil, es una función "disgregada" y discontinua de la historia de la sociedad civil y, a través de ella, de la historia de los Estados o grupos de Estados. (p.249)

Aquí las subalternidades de la sociedad son pensadas con base a la pluralidad cultural y su condición política heterogénea. Por eso, la perspectiva gramsciana posiciona a los sujetos de los subsuelos de la sociedad civil en una condición de contradicción interna y conflicto con el resto de las clases sociales a nivel nacional.

Esta idea es expresada en la conocida ecuación gramsciana: sociedad civil más sociedad política, igual a Estado. Una formulación que lejos de expresar cuantitativamente o bajo cierta forma matemática los elementos correspondientes al fenómeno estatal, más bien representa un importante esfuerzo analítico para dar cuenta de la complejidad política y social que constituye las múltiples y diversas relaciones, determinaciones, subjetividades e historicidades existentes en éste. Debe señalarse que Gramsci al igual que Hegel y Marx, entiende al Estado como un momento de lo social, y viceversa.

Por lo tanto, Trotsky (2021) sostiene que la idea gramsciana de Estado integral cuestiona la visión tradicional del marxismo economicista, cuyo análisis de este último, tiene su fundamento en la dimensión instrumentalista y coercitiva de lo estatal al dejar de lado, el estudio de aquellos procesos históricos y culturales que atraviesan y dan forma política en la constante redefinición de las relaciones estatales. En este sentido, Gramsci formula su teorización de manera opuesta a las lecturas lineales y mecanicistas de la obra de Marx, porque recupera elementos epistémicos e históricos que posibilitan comprender a los sujetos sociales en su condición, dinámica, al igual que en su proceso de formación política.

Además, Gramsci rompe con aquella mirada dominante de la ciencia política moderna que contempla a la problemática del Estado solamente con base en las luchas entre elites, grupos y clases dominantes, sin incluir a las clases subalternas como sujetos dinámicos y participantes en la lucha hegemónica de un país. Para Gramsci, hablar de hegemonía es referirse a la manera en que se organiza la dirección de las relaciones de dominación y coerción en el campo de lucha estatal.

Gramsci expresa una idea hegemónica que se basa en la circulación en cada una de las partes que integran la totalidad social y su direccionalidad es disputada en los niveles políticos, pero también en la cultural y cotidianidad de la población en una nación. Con base en lo mencionado, entonces la hegemonía es un proceso complejo y contradictorio en el cual, se ponen a discusión la legitimidad y estabilidad de las relaciones de mando-obediencia que existen y operan en una sociedad especifica. Por supuesto, esto sucede en una condición de lucha política ya sea por medios institucionales o en aquellos espacios correspondientes a los intersticios y márgenes de la superficie institucional de las relaciones políticas.

Al fin de cuentas, en la concepción gramsciana el Estado es organizado por toda la sociedad, porque es una unidad orgánica entre las clases dominantes y subalternas, la cual es una interacción que constantemente se atraviesa por el conflicto. Las relaciones estatales se redefinen de acuerdo a las rupturas y continuidades que produce los mismos sujetos como agentes colectivos en su propio desarrollo histórico.

6. A manera de conclusiones: la vigencia de Gramsci

En conclusión, la concepción sobre el Estado que propone Gramsci ayuda a reflexionar la complejidad de las relaciones estatales en sociedades con una diversidad étnica y cultural como son las latinoamericanas, porque su vigencia consiste en recuperar los aspectos históricos, culturales, simbólicos, filosóficos, lingüísticos e inclusive artísticos que desde la cotidianidad hasta los momentos extraordinarios (irrupción, rebeldía o intentos de transformación) de los sujetos tejen la formación del Estado, aunque en casos tales como el boliviano, la construcción estatal sea todavía una tarea pendiente y en continua disputa cultural, política, simbólica, lingüística, entre otros aspectos. Ávila (2020).

La mirada de este pensador italiano discute con aquellas visiones de tendencia economicista, reduccionista, instrumental y lineal que tratan de explicar la dimensión institucional como una cosa, ente y objeto separado de la esfera social Gramsci (2017). En contraste con el enfoque de la Nueva Gestión Pública (NGP) que se enmarca en un análisis regulativo, normativo y que entiende a lo estatal como un ente cosificado administrativo y que se limita a lo institucional interventor de los procesos sociales, pero no articulado a estos (Escobar, 2019).

En este sentido, hay que destacar que la teoría gramsciana se preocupa por atender o acercarse a problemáticas y fenómenos que el marxismo tradicional, el positivismo social y en general el economicismo había excluido de su análisis. Como ha llegado a ser el problema de la dominación colonial en los procesos de formación estatal, cuya persistencia es denunciada en los distintos pensadores negros e indios de América Latina (Ávila, 2021).

También hay que mencionar que lo estatal en este pensador italiano se encuentra relacionado de manera estrecha con la cultura popular, el simbolismo de lo estatal, la estética de la política, la construcción cotidiana del poder político, lo religioso, los procesos de mestizaje en la lucha por la unidad nacional o incluso por su debilitamiento en términos de orden político (Chaparro, 2020).

En los contextos de América Latina, la dimensión simbólica, religiosa y cultural son clave para poder aproximarse a entender la formación histórica de los Estados, al igual que ayuda a reflexionar las dificultades, conflictos y particularidades que han llevado en algunos casos latinoamericanos a la condición histórica de la apariencia estatal de Bolivia (Zavaleta, 2008; Romero Tenorio, Cabrera Izquierdo y Díez Jiménez, 2019) o en otros casos a Estados fallidos como ha sucedido con México en el siglo XXI (Ávila, 2018). Incluso la visión gramsciana permite discutir las ausencia y presencia del Estado mínimo o paraestalismo que hay en regiones como el Cauca colombiano (Zuleta, 2020).

Es necesario hacer hincapié en que la idea de Estado en Gramsci no es una guía o un instructivo, sino más bien es una propuesta que arroja determinados elementos que pueden ayudar o proveer partes del horizonte de la investigación que se piensa hacer o está en proceso. Ejemplo de ello es la situación de la pandemia del Covid 19 vivida a nivel mundial que corresponde a contexto totalmente distinto al que le tocó analizar a Gramsci, pero que pese a esto dicho pensador italiano aporta elementos que pueden ser usados para explicar la complejidad política del fenómeno (Leiva et al., 2020).

Un primer elemento que enseña Gramsci es que las crisis además de ser pedagógicas para las sociedades también reconfiguran la política y el Estado, sin importar que sea lo que las origine. La crisis actual es causa de un cumulo de procesos de debilitamiento y fragmentación de lo estatal en los diversos países que sea maximizado y evidenciado las profundas contradicciones y antagonismo a partir de la pandemia global que muestra tanto la ineficacia de las hegemonías formadas entre las últimas décadas del siglo pasado y las dos primeras de la presente centuria como la apertura de un nuevo orden que todavía no se encuentra definido, pero en el que países como China asumen cada vez más su liderazgo (Anderson, 2018).

Otro elemento que aporta Gramsci para el análisis actual de la pandemia es que la generación de la hegemonía necesita no solo de coerción, sino también de legitimación y por eso a nivel global situaciones de emergencia sanitaria son aprovechadas por grupos de poder y gobiernos para generar una empatía y legitimación ideológica con el discurso del riesgo a la muerte masiva de las poblaciones con el objetivo de mantener control colectivo y neutralizar movilizaciones y acciones que en un futuro pudiesen oponerse al nuevo orden mundial. Hay que tener claro que la pandemia tiene un uso político que implica un control poblacional a nivel mundial (Harvey, 2020).

Por último, la teorización gramsciana amplía la visión sobre el Estado al definir a este como un campo de disputa continua en el que participan diversos sujetos para la definición de su hegemonía, cuyo rasgo actual es que dicho campo abarca una dimensión global en la que los problemas y decisiones que se toman en otros países e instituciones internacionales afectan la hegemonía y articulación de lo social y lo político en contextos nacionales (Anderson, 2018; Egea Jiménez, Díez Jiménez y Márquez Guerra, 2022).

Muestra de lo mencionado es la situación de la pandemia actual que comenzó en China y afectó a otros países, al igual que su solución ha implicado un orden político cuyos consensos no dependen de una exclusiva relación de gobernados y gobernantes, sino más bien de un abanico amplio de luchas por el poder que suceden en las sociedades en distintas partes del planeta Tierra. Hay que explicar que la pandemia representó tanto una emergencia sanitaria a nivel mundial como el inicio de una nueva reconfiguración del poder político que- en una gran mayoría de naciones- marcó la reorganización de lo estatal a partir de estrategias, discursos, mecanismos y prácticas con base en la necesidad de imponer un estado de excepción.

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2 Fue el primer secretario general del PCI hasta su arresto en el 1923. A partir de entonces su posición en el partido sería muy marginal, hasta que en el 1930 es expulsado por defender a León Trotsky.

3 Los conceptos de historia y Estado son dos puntos claves de reflexión que tiene Gramsci con la obra de Benedetto Croce (1979, p.295).

4 Hay dos significados de partido político en Gramsci: la primera como organizador (Príncipe) de la voluntad colectiva; la segunda entorno a la discusión con Robert Michel, en la que el teórico italiano cuestiona la clasificación de Michel, para así proponer la siguiente: el de elites y el de masas.