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La dialéctica del amo y el esclavo
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EVISTA AMAUTA • UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO • BARRANQUILLA (COL.) • ISSN 1794-5658 • NO. 30 • JUL-DIC 2017 • 143-150
Este tema lo aborda Hegel en el capí-
tulo IV de la Fenomenología del Espí-
ritu que trata sobre la autoconciencia.
Esta parte consta de dos subpartes: la
primera, independencia y dependen-
cia de la autoconciencia; señorío y
servidumbre, y la segunda, la libertad
de la autoconciencia; el estoicismo, el
escepticismo y la conciencia degrada-
da.
Dice Walter Kaufmann, estudioso del
pensamiento hegeliano, que “la me-
jor parte de la Fenomenología es el
prólogo, con mucha diferencia; tras
él lo más interesante es la parte IV,
sobre la autoconciencia… en la que
se encuentra la sentencia: “La au-
toconciencia logra satisfacerse solo
en otra autoconciencia” (Kaufman,
1982, p.147).
Para entender el texto, con alguna
claridad, es necesario tener en cuenta
que el propósito del libro es describir
en abstracto, el desarrollo de la con-
ciencia en el proceso de conocer la
realidad y conocerse a sí misma, con
pretensiones de verdad, certeza, pro-
cesualidad y totalidad.
El primer momento de ese proceso es
la llamada “certeza sensible”, en el
cual la conciencia sabe que hay algo
más allá de sí misma enfrentada a ella
como algo ajeno y que le permite,
además, saber que ella misma existe.
Para Hegel lo verdadero está precedi-
do de modos de certeza que son para
la conciencia algo distinto de sí mis-
ma. Es un movimiento contradictorio
como ser en sí y ser para otro.
En palabras de Hegel si “llamamos
concepto al movimiento del saber
y objeto al saber, pero como unidad
quieta o como yo, vemos que, no sola-
mente para nosotros, sino para el sa-
ber mismo, el objeto corresponde al
concepto. O bien, si de otro modo, lla-
mamos concepto a lo que el objeto es
en sí y objeto a lo que es como objeto
o para otro, vemos que es lo mismo el
ser en sí y el ser para otro, pues el en
sí es la conciencia; pero es también
aquello para lo que es otro (el en sí)
(Hegel
, 1982, p.107).
En el segundo momento el mundo
exterior se descubre como diversas
cualidades captadas por la percep-
ción de la conciencia. Es un proceso
de unidad contradictoria y de crisis,
porque la conciencia entra en la fase
del entendimiento, apresando errores
en la concepción de lo que es el obje-
to, pues al comienzo lo entiende como
unidad simple pero luego, con el per-
cibir, lo toma como diversidad.
El tercer momento, el del entendi-
miento, supera las contradicciones
que quería hallar en la cosa y las fun-
de en una unidad superada en la pro-
pia conciencia. En esta superación
aparece el concepto como verdad de
la conciencia. Fruto de la construc-
ción conceptual aparece no la cosa
real y material externa, sino la imagen
como fenómeno o como sombra de la
cosa en sí.